Lejos de Pekín

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

María y Daniel tienen más de 40 años, llevan ocho de casados y no han podido cumplir su sueño de ser padres. Como última solución a su desconsuelo la pareja comienza a realizar los trámites de adopción y viaja a una ciudad del norte argentino para continuar con ese proceso. Ambos llegan a ese lugar y una asistente social los acompaña para iniciar el período de vinculación, pero en ese encuentro tan esperado y deseado las cosas no suceden como ellos lo soñaban.

Mientras aguarda hallar alguna solución a su problema el matrimonio se aloja en un hotel para, al día siguiente, retornar a su hogar. Durante esa larga noche la pareja comparte sus dudas, sus miedos y sus ilusiones mientras una lluvia incesante sirve de telón de fondo a su rota ilusión.

El director Maximiliano González realizó con esta historia el último largometraje de la trilogía que inició con los films La soledad y La guayaba, donde el hilo narrativo es la problemática social de las mujeres en la provincia de Misiones.

Como en sus anteriores producciones, Lejos de Pekín habla de la soledad de esa pareja que parecía tenerlo todo, menos lo que más deseaba: un hijo. Elena Roger y Javier Drolas aportaron enorme calidad en sus actuaciones al componer a ese matrimonio en busca de la felicidad, mientras que una impecable fotografía subraya esta trama tan tierna como emocionante.