LEGO Ninjago: La película

Crítica de Tomás Ruiz - EL LADO G

Un disfrute de principio a fin. Para el que sólo quiera ir a disfrutar con la familia de la ultima película animada de LEGO, en estos momentos no va a encontrar mejor película que esta.

Luego de romper con los esquemas tradicionales en cuanto a la animación en 2014 con La Gran Aventura LEGO y la taquilla mundial este mismo año con LEGO Batman: La Película, esta vez Warner Bros. y LEGO se animan a ir por más. En esta oportunidad y bajo la triple dirección de Charlie Bean, Bob Logan y Paul Fisher, presentan una nueva película netamente original y sin usar ninguna otra licencia de las interminables que la empresa de juguetes posee.

NINJAGO es una ciudad atacada permanentemente por el malvado Garmadon y al mejor estilo de los Power Rangers, 6 adolescentes con la ayuda del gran maestro Wuu, quien los instruye en las arte de ser un ninja, deben vivir para tratar de salvar la ciudad. Estos héroes anónimos son aclamados con un inmenso cariño de toda la población en la ciudad y de igual manera, repudiados por el villano conquistador. El Ninja Verde, joven y con la responsabilidad de ser el “capitán” de este grupo de coloridos luchadores, Lloyd deberá aprender a dejar sus emociones de lado al momento de enfrentarse a su malévolo padre y a una criatura de la envergadura de Godzilla que acecha en la ciudad.

En el aspecto visual, los desarrolladores se siguen superando película a película. Cada vez y con más naturalidad, las fichitas parecen seres humanos y hacen creer que eso verdaderamente está sucediendo. También las secuencias que mezclan a las personas de carne y hueso con nuestros amiguitos cuadrados quedan cada vez mejor. Si bien el uso de estos recursos puede llegar a quedar repetitivos, no deja de sorprender con la naturalidad en la que se unen estos dos elementos.

En cuanto a la historia, no es nada demasiado compleja, es más podría encasillarse en el ABC de los argumentos cinematográficos. El padre y el hijo distanciados que deben cruzar sus caminos por el bien común o el mal menor. Una relación villano-héroe al que intenta llevar al lado oscuro para conquistar el mundo. ¿Les suena?. También se tratan temas sensibles como el bullying o la soledad, estos no se esconden en la trama y harán que padres e hijos tengan alguna conversación pendiente al salir de las salas. Un gran punto a favor de esto, es la velocidad con la que transcurre la historia. La película va a un ritmo enérgico y dinámico sin parecer vertiginoso y atropellado, lo que hace que en ningún momento se pierda el interés.

Los personajes son amigables, se puede empatizar con cada uno y todos en algún momento te sacan una carcajada. Como todos tienen su momento, también lo tiene el villano de turno. Es imposible salir de la sala y no querer a este maloso retorcido, bizarro, gracioso y sumamente perturbado. Todos los personajes secundarios y hasta los de tercer orden están en perfecta sintonía con el relato y ninguno queda en “offside” en ningún momento.