Leal

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Este género se está agotando y por suerte no quedan muchas más películas por estrenar sobre adolescentes en un futuro distópico.
La fórmula ya está muy quemada, demasiado repetitiva. Es un subgénero agotado que murió con la última entrega de Los juegos del hambre.
Leal: parte uno, perteneciente a la Saga Divergente, da fe y testimonio del enunciado expuesto porque es un duplicado de sí misma y de sus compañeras de fórmula al punto que logra hartar y ser casi insoportable.
Las fans me odiarán por esta afirmación, pero lo que hay que entender es que no estoy criticando al libro sino a la película porque esta historia no funciona a nivel cinematográfico.
De entrada tiene el gran problema que parece no tener comienzo, la historia está tan avanzada de las dos entregas anteriores que no da ni cinco minutos para entrar en sintonía y el final es tan abrupto que no parece final.
Esto sucede por ser un tercer libro y por partir la trama en dos partes para hacer dos películas.
El tono también es confuso, porque intenta tener tintes políticos pero no lo logra, la historia de amor ya quedó desdibujada y la comedia que se intenta introducir con los comentarios del insoportable personaje de Miles Teller no hacen reír ni a palos.
Pese a contar con dos de los mejores actores de su generación: Shailene Woodley y el ya nombrado Teller así como también figuras tales como Naomi Watts y Jeff Daniels, el elenco destila desgano en sus interpretaciones.
El director alemán Robert Schwentke, también responsable de la entrega anterior, no logró remontar nada y eso da para pensar que se encuentra muy atado a un guión que es malo y de esa no se sale aún cuando la parte técnica sea buena.
Leal: Parte 1 solo es apta para los fans acérrimos a esta saga. El resto de los potenciales espectadores elijan ver otra película.