Latin Lover

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Inteligente comedia de mujeres crueles

Se cumplen diez años de la muerte de un famoso galán, hijo dilecto de un tranquilo pueblo pugliese donde todavía viven su viuda y su hija mayor. Y como el hombre era medio mujeriego, al homenaje aniversario llegan su otra viuda, las demás hijas, todas de distinta madre, y los nietos, incluso un negrito. Para mayor confusión, una de las hijas también tiene tres chicos, todos de distintos padres. Por suerte trajo uno solo.

Al fasto pueblerino y la reunión tribal se suman el esposo de una de las hijas, el guardaespaldas y amigo del finado, el joven biógrafo que parece medio chusma pero la tiene clara en ciertos asuntos, y otra gente con algo que decir, o que escuchar. Hay clima de reencuentro, chismes, bromas, complicidades. La obra también juega con la complicidad del público, adjudicando al famoso actor una escena tipo Vittorio Gassman en "Il sorpasso", otra tipo Gianmaría Volonté en "La clase obrera va al paraíso", etc., y a la banda sonora unos toquecitos de temas oídos en otras películas. En la superficie, entonces, ésta es una comedia sentimental evocativa del viejo cine italiano y de uno de sus galanes en particular. Como dice una didascalia en los créditos finales, ese galán es un personaje ficticio, pero aquel cine existió de veras.

Eso, en la superficie. Pero en el fondo la evocación parece sólo una excusa, desplazada rápidamente por la comedia de enredos hasta culminar en confesiones atroces dichas con toda crueldad, o con toda naturalidad, según quien las diga. Las mujeres suelen ser muy crueles con el objeto de su amor, y ésta es una comedia de mujeres: Virna Lisi y Marisa Paredes como la guardia vieja, la voluminosa Angela Finocchiaro, formidable, Valeria Bruni Tedeschi, Candela Peña, Nadeah Miranda y la nórdica Pihla Viitala con doble i como las hijas, Cristina Comencini directora y coguionista con su sobrina lejana Giulia Calenda. Todas agudas, sacándose chispas, sacando trapitos al sol con gran entusiasmo, y despidiéndose luego con mucho cariño. Por suerte también hay un bonus de amor a la figura paterna, aunque sea medio una ilusión ingrata, y así hasta los hombres salen contentos de la sala, cantando "Tornerai".

Dato afectuoso: Cristina Comencini es hija del recordado director Luigi Comencini, maestro. Ella vivió desde adentro la última gran época de aquel cine, y luego siguió, legítima heredera, haciendo "La bestia nel cuore", "Nuestro Rwanda", "El día más bello de nuestras vidas" y otras buenas películas. Dato muy afectuoso: en "El día más bello de nuestras vidas" se lucía Virna Lisi. Que después solo hizo miniseries, y volvió al cine recién con "Latin Lover" para lucirse de nuevo. Murió el 18 de diciembre del año pasado, inmediatamente después del rodaje. A ella está dedicada la película.