Latin Lover

Crítica de Juan P. Pugliese - EscribiendoCine

El amante internacional

Desde el afiche promocional, Latin Lover de Cristina Comencini (hija de Luigi Comencini) se anuncia como “una muestra del gran cinema italiano” pero el film es una ligera comedia de enredos que sólo acaparará la atención por ser la última aparición en la gran pantalla de Virna Lisi.

Saverio Crispo tenía la gracia de Alberto Sordi, la elegancia de Marcello Mastroianni y la mirada cautivadora de Franco Nero. Era el hombre por el que suspiraban las mujeres y el ideal que el resto de los mortales quería alcanzar. Cuando se cumple el décimo aniversario de su muerte, su familia organiza una celebración en el pueblo que lo vio nacer.

Lo curioso es que Crispo tuvo cinco hijas con mujeres de distintas nacionalidades. Durante tres días convivirán bajo el mismo techo dos de sus ex parejas (Lisi y Marina Paredes) y cuatro de sus hijas (Valeria Bruni Tedeschi, Candela Peña, Pihla Viitala y Angela Finocchiaro). Recién sobre el final aparecerá “la americana”.

Presentada la situación, el argumento girará en cuestiones relativas a la vida íntima de Crispo y un secreto familiar que se deja entrever a los diez minutos de iniciada la película. Los noventa minutos restantes son un cúmulo de situaciones que no llegan a dibujar una sonrisa y mucho menos emocionar aunque la música busque provocarnos lo que las imágenes y las palabras no pueden lograr.

La directora contó con un reparto variado y sus actuaciones son equilibradas pero contenidas. La causa debe buscarse en un guión escrito por ella junto a Giulia Calenda que es previsible en todo momento. El gran secreto al que se le dedica la mayoría del tiempo en el metraje es obvio y no conviene adelantar nada más por si algún distraído busca sorprenderse.

Latin Lover podría haber sido un gran homenaje a las comedias de Luigi Comencini pero en lugar de eso estamos frente a una película que su destino más propicio hubiera sido ocupar un horario central en la grilla televisiva. La película es una clara demostración de que una buena directora y un elenco talentoso no son suficientes si el guión sobre el que se construye es predecible.