Las novias de mis amigos

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

Ese momento incómodo

Las novias de mis amigos es una película incómoda en el peor de los sentidos, de esas que dan la sensación de que uno vio por lo menos diez parecidas y mejores. Tom Gormican se esfuerza en esto de (como diría el lejano Coco Basile) hacer un mix entre una comedia de amigotes de joda en Nueva York y una lisa y llana comedia romántica. Sin embargo, su esfuerzo es en vano, ya que termina imponiéndose, o por falta de buenos chistes, o por la fotogenia inmoral de Imogen Poots y Zack Efron, la comedia romántica berreta.
Entonces si vas a hacer una película de amigos guarra, no hay que olvidarse que Seth Rogen, Johah Hill y compañía han hecho las mejores, y como realizador uno debería plantearse el deber de al menos intentar emular un poco las virtudes de, por ejemplo, Supercool o Ni en sueños. Pero en Las novias de mis amigos están el bueno de Miles Teller, que solo no puede, ya que Michael B. Jordan (no se puede tener ese nombre) está bastante irregular y Efron, a pesar de tener cierto timing, no logra despegarse del todo de su rol de galán. Los tres son personajes laboralmente exitosos pero emocionalmente incapaces. Me pregunto: ¿ya no hay perdedores en Manhattan? ¿Philip J. Fry era una mentira? Seamos buenos entre nosotros: Sex and the city ya agotó esas escasas posibilidades.
Decíamos que Tom Gormican opta por subrayar la historia de los personajes que interpretan Efron e Imogen Poots, quienes lamentablemente ya desde su construcción inicial tienen algunos problemas. Ella es la joven naif que viene a perseguir su sueño a la mejor ciudad del mundo y luego de intentar unos meses lo consigue con una facilidad abrumadora. No solamente es linda, sino que también es buena e inteligente y literalmente nunca hace nada egoísta. El es emocionalmente distante, a tal punto de que indefectiblemente siempre hace lo contrario a lo que siente y es absurdamente incapaz de tener un gesto copado con una chica que claramente es perfecta para él.
De acá se desprende una mirada un tanto problemática de la película de Gormican, una especie de machismo al revés, unos cuantos prejuicios sobre el comportamiento de los tipos en general. Dos de los personajes varones son imbéciles que sólo piensan en sexo y videojuegos y en no comprometerse. Dos de las tres chicas son literalmente perfectas. La pareja de casados/divorciados que interpretan Michael B. Jordan y Jessica Lucas apuesta sin embargo al machismo convencional: ella engaña y lastima, él es una pobre víctima.
Entonces lo incómodo de esta película es en un sentido negativo, ya que siempre festejamos la incomodidad generada por las buenas comedias. Aquí está la incomodidad de la ansiedad que provoca el aburrimiento, y la sensación de que esto ya se vio diez veces y mejor concretado en todos los casos.