Las mujeres del 6° piso

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Cuestión de clase

La película francesa Las mujeres del 6º piso (Les femmes du 6éme étage, 2011) es una grata sorpresa. Una comedia de narración clásica que se detiene en los personajes al punto de lograr empatía con ellos, y acompañar el desarrollo del conflicto. Simpática, divertida y con una pequeña dosis de crítica social, el film de Philippe Le Guay representa lo mejor del cine clásico francés.

El Sr. Jean-Louis Joubert (Fabrice Luchini , a quien vimos recientemente en Potiche, mujeres al poder) contrata de ama de llaves a María (Natalia Verbeke), una joven y atractiva empleada de nacionalidad española que rápidamente entabla relación con su familia. Las mucamas, como es costumbre en la década del ‘60, viven en el sexto piso y no se relacionan con los señores propietarios. A partir del atractivo que el Sr. Joubert siente por su nueva empleada, entra en contacto con las “españolas del 6to piso” y comenzará a frecuentarlas, rompiendo la barrera que diferencia una clase social de otra.

Las mujeres del 6º piso tiene el pulso justo para contar con pequeños gestos los sentimientos de sus personajes. El gran elenco que compone la película, logra con sus actuaciones precisas, dar carnadura a los entrañables personajes. Sin ellos, el cine de narración clásica perdería su esencia. El universo del film contrapone propietarios con trabajadores. Además las empleadas son mujeres y españolas, todo un universo de costumbres, códigos y lenguaje, que desubica aún más al sumiso Sr. Joubert, de costumbre burguesa, código de propietario y lenguaje francés. Vaya forma de tratar las diferencias de clase desde la comedia, porque los contrastes pondrán en ridículo al personaje masculino, con todos los chistes que la situación implica.

De esta manera, escalera mediante, la película que se remonta a la década del '60, propone un alegato sobre la búsqueda de la libertad. Una época de distinciones clasistas, en las que el protagonista atrapado en su monótona vida burguesa, sufre las restricciones sociales tanto como las españolas, desde el proletariado.

Las mujeres del 6º piso tiene su punto fuerte en el pulso narrativo de su director, que sabe extraer los elementos necesarios de la historia y para llevarla a buen puerto.