Las mujeres del 6° piso

Crítica de Daniel Cholakian - CineramaPlus+

Fábula romántica social que se sostiene en sus muy divertidos gags e impecables actuaciones.

Comedia francesa más liviana de lo que pretende, propone una historia con algunos apuntes de mirada social a propósito de la relación de subordinación entre la clase alta parisina y las inmigrantes españolas, cruzada con una historia romántica entre hombre rico – chica pobre, que se sostiene especialmente por los talentos actorales con los que cuenta.

A mediados de la década del ’60, en las casas de las familias de la alta sociedad el servicio doméstico era fundamental para sostener la cada vez más ajetreada vida de las damas en estado de ocupaciones vanas permanentes. Es por ello que tras la renuncia de su eterna doméstica francesa, Suzanne Joubert y su esposo, rápidamente optan por una empleada española. Estas por razones de necesidad extrema trabajan en Francia aceptando las condiciones de trabajo que se le impongan. Así la joven y bella María será la nueva dependienta de los Joubert.

Pero María vive, junto con su tía y otras mujeres españolas empleadas también para el servicio doméstico, en el sexto piso de la casa donde trabaja. Edificio que pertenece, por herencia familiar, a Jean-Luis Joubert (Lucini). Pronto él verá las condiciones de vida que soportan estas mujeres en su propio edificio e irá abriendo los ojos, a partir de esta novedad, a situaciones sociales, culturales y políticas ante las que parecía ciego, por su propio encierro personal.

La película es una fábula romántica social que no de ser por los muy divertidos gags y las actuaciones impecables – especialmente en el caso de Lucini – sería menos que un pasatiempo. Pero lo cierto es que funciona bien en casi todo su desarrollo, con muy buen ritmo y sutileza. Salvo al final, donde una extraña necesidad de dar un cierre convencional a la historia, hace que la misma desbarranque hacia una resolución innecesaria y francamente inverosímil.

Buenos pasos de comedia, buenas actuaciones y no mucho más. Pero tampoco mucho menos es lo que pueden ofrecer estas Mujeres del sexto piso.