Las momias y el anillo perdido

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Muchas veces he contado en mis reseñas, cómo desde distintas geografías, la animación iba ganando industrias en distintas partes del mundo. Desde «Tadeo Jones» y su exitosa saga española, se ha observado un crecimiento profesional importante en los programadores de ese lugar. Y como muestra de su avance, Warner Bros Picture distribuye la nueva realización de Juan Jesús García Galocha, quien debuta por la puerta correcta con este trabajo.
Hay que decir que el equipo responsable de esta cinta, atravesó nada menos que dos años de pandemia y dificultades varias para concretar la ambiciosa idea de llevar a la pantalla grande una historia simple, pero vistosa y con mucho atractivo.
La trama presenta un arqueólogo inglés que da con un pasadizo secreto en una tumba egipcia y accidentalmente, descubre un portal al mundo donde viven eternamente las momias, ciudadanos notables de la antigüedad. En ese hallazgo, lord Carnaby logra con un robot traer un anillo especial a nuestro tiempo presente, lo cual implica que el dueño y el guardián de dicho objeto, tengan que organizar una expedición a la Londres actual.
¿Por qué? El anillo en cuestión es la muestra del compromiso, en este «inframundo», de Nefer y Thuh, una princesa y un corredor de carreras y es vital recuperarlo. Así es que ellos, junto al hermano del deportista y su mascota (un simpático cocodrilo), viajarán en el tiempo para recuperar la joya perdida. La misma, se encuentra en exhibición en el museo del arqueólogo en cuestión, espacio que remite al British Museum, claramente.
La película plantea en tono familiar y amable, cómo el arte egipcio (y el griego, sin ir más lejos) han sido robados por los ingleses y mostrado en sus imponentes museos. Pero más allá de eso, lo singular es que Thuh y su banda son vistos, a la luz, como cadáveres en este mundo. Dado que, están muertos (son momias!) y eso hace un poco difícil las cosas. Hay alguna subtrama que remite a films clásicos («Frozen», «Night at the Museum») pero sirve como pequeñas notas para dar relieve a la propuesta, nunca para definirla totalmente.
Desde la mirada adulta, creo que hay buenos recursos técnicos y si bien el guión no aporta un clima desopilante, se deja ver y tiene sus mejores momentos en los breves cuadros musicales que presenta (y si no tarareás «Walk like an egyptian» de Bangles es porque seguro te dormiste!!)…
La historia es entretenida, la reconstrucción de Egipto me encantó y el enfoque místico del anillo, así como la leyenda del «país de las momias» tiene algo de sustento histórico.
Por otra parte, la Londres presentada, no posee el brillo que la ciudad posee. En cuanto al diseño de arte y la banda de sonido, ambos lucen impecables. Un enorme avance con respecto a la última «Tadeo» que los pone en línea con los estudios que mueven el mercado a nivel global.
De hecho, las voces en la versión en inglés incluyen a Sean Bean, Eleanor Tomlinson… El estilo de coproducción EEUU-España permite augurar un impulso para este tipo de productos, lo cual las familias agradecen en todas partes. La duración es precisa y los peques, no se aburren y disfrutan la cinta sin problemas.
Creo que este mercado aún tiene mucho para crecer y es saludable que haya nuevos jugadores en las grandes ligas. Bien ahí.