Las momias y el anillo perdido

Crítica de Marcelo Stiletano - La Nación

El mejor cine animado español de la última década parece tener una especie de obsesión con la civilización egipcia en tiempos de la Edad Antigua. El viaje en el tiempo de una momia con su maldición a cuestas era el eje de la tercera aventura del explorador Tadeo Jones, estrenada en los cines argentinos en octubre pasado. Ahora vemos desde el título de esta nueva producción que un personaje similar moviliza toda la acción, aunque en este caso los protagonistas son la hija de un faraón y su forzado pretendiente, una estrella de las carreras de cuadrigas venido a menos por su falta de carácter.

Con genuino sentido del humor, un diseño de animación digital que no tiene nada que envidiar a las poderosas expresiones del género hechas en Hollywood y un desarrollo argumental algo atolondrado, el equipo encabezado por Juan Jesús García Galocha (director de arte de las dos primeras películas de Tadeo Jones) se divierte todo el tiempo con los anacronismos en una historia que va y viene en el tiempo entre el Egipto de hace 3000 años y una Londres bien actual. En la extendida versión doblada en español neutro se pierden algunos ricos juegos de palabras del original en inglés, al igual que las excelentes voces de Sean Bean, Hugh Bonneville y Celia Imrie. Pero conserva dinamismo y frescura, más el impecable diseño de un grupo de personajes bien delineados. La trama está pensada para la comprensión inmediata de los más chicos y a la vez ofrece unos cuantos guiños suficientes para el disfrute de los adultos.