Las malas intenciones

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Una niña con mirada de adulta

Cayetana va a la escuela, privada, en Perú, por 1982. Son tiempos en los que Sendero luminoso siembra el terror. Con sus padres separados y viviendo en la casa de la nueva pareja de su madre, el anuncio de la llegada de un hermanito es algo así como el encendido de una molotov para la pequeña, que ya bastante inestable era.

Las malas intenciones es una nueva producción peruana (con aportes de posproducción argentinos) que vuelve su mirada sobre el pasado, y en especial una época en la que social y económicamente el país estaba tan o más inestable que Cayetana. La niña no tiene carencias económicas, si no de otro tipo más difícil de suplir. Y trata de reemplazar la realidad que no le gusta con sus fantasías, con próceres (su nombre completo es Cayetana de los Heros) a los que les habla. Y llega a preguntar a su maestro “¿por qué siempre es feriado cuando perdemos las batallas?”.

Pero la debutante Rosario García Montero, al igual que Claudia Llosa ( La teta asustada ) supo cómo combinar realismo mágico con drama y comedia, dejando a su heroína desprotegida y querible, entablando un lazo con el espectador que no tiene más remedio que compungirse ante lo que le pasa a Cayetana, quien a sus 9 años es más adulta que cualquiera de los que la rodea.