Las malas intenciones

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Cuando la infancia se asemeja a una pesadilla

En el Perú de la década del 80, cuando la violencia terrorista agita ese país, Cayetana, una niña de 9 años, vive con su madre en una casa aislada y rodeada de sombríos campesinos a los que ella espía con mirada torva y sonrisa maliciosa. Hija de padres separados, la pequeña está sola y aislada y crece al amparo de dos solícitas empleadas. Su madre se halla casi siempre estudiando en el extranjero, y su padre, un impenitente donjuán, va en su busca cada vez con mayores intervalos. Para completar su soledad, Cayetana crea un mundo fantástico lleno de héroes nacionales caídos en los campos de batalla y mártires cuyas imágenes atesora en láminas como fetiches y a quienes recurre cada vez que sufre una crisis. Ella es inteligente, pero con una personalidad oscura y distorsionada, y ronda sin sentido por esa casona perteneciente a un sector de la clase alta limeña en proceso de deterioro. Cuando su madre regresa de un largo viaje anunciando que está embarazada, el frágil mundo de Cayetana se desmorona.

La directora Rosario García Montero logró con este film, seleccionado por Perú para los Oscar 2013 en el rubro mejor película extranjera, retratar con mano maestra el casi trágico derrotero de esa nena que fantasea en su soledad, que mira con ojos inquisidores a todos y a cada uno de quienes la rodean y que concibe a la muerte como su opción ante el futuro.

La realizadora dejó de lado el simple melodramatismo para narrar una trama que llega, desde la personalidad de Cayetana (un excelente trabajo de Fátima Buntink), hasta los más hondos pliegues del sentimiento y de una realidad contaminada por el miedo y la soledad.