Las horas más oscuras

Crítica de Santiago Balestra - Alta Peli

Pocas cosas pueden llamar más la atención de un potencial espectador que la fórmula actor famoso + personaje histórico. Las Horas Más Oscuras descansa tanto en ello que descuidó y desorganizó no sólo el potencial dramático de los eventos que retrata, sino también al personaje que pusieron como cabeza de lanza de su narración.

Oh, Winston, apenas si te conocimos…

Las Horas Más Oscuras tiene lugar en 1940. Con Hitler comiéndose Europa a un paso arrasante, el Reino Unido necesita un Primer Ministro que pueda hacerle frente. Winston Churchill es ese hombre. Su primera prueba es rescatar a cientos de miles de hombres de la Isla de Dunkerque antes de que la arrasen los Nazis. Todo esto mientras debe ganarse la confianza de un Rey y unos Ministros que no creen que sea el más indicado para el trabajo.

Una película basada en hechos históricos corre con la enorme desventaja de que se sepa de antemano cómo los eventos terminaron resultando, por lo que es menester que el segundo acto sea de mucha tensión. Algo que Las Horas Más Oscuras no tiene, o al menos no tanto como debería.

Es un guión con una enorme indecisión. Los arcos que Churchill tiene con el resto de los personajes son establecidos, desarrollados y resueltos de una forma arbitraria. Se entiende la situación de riesgo en donde se enmarca la narración, pero esta no llega a conmover. No encuentra la manera de que lo bélico se entrelace con lo íntimo, que es al fin y al cabo lo que hace atractiva a la propuesta. No pesa la desventaja, no pesa el obstáculo. A la postre, todo esto contribuye a que el ritmo de la película también se vuelva tedioso.

Se sabe que Churchill tenía un sentido del humor muy ácido e irónico, cosa que la película retrata muy bien, siendo los momentos más logrados de una narrativa bastante floja. Aunque debe señalarse que no pocas veces esos momentos sean puestos al voleo.

Las horas más oscuras

Aquí la pregunta del millón es siGary Oldman es merecedor de tantos reconocimientos por su interpretación de Churchill. La respuesta sería un sí rotundo: no solo aborda al legendario primer ministro con grandísima riqueza expresiva y corporal, sino que lo hace teniendo que superar un guion que no lo ayuda en lo más mínimo, ni argumental ni emocionalmente. En un distante segundo lugar está Kristin Scott Thomas como la esposa de Churchill, más apropiados acompañamientos de Lily James como su secretaria, BenMendelsohn como el Rey Jorge VI, y Stephen Dillane como el Vizconde Halifax, uno de los ministros del gabinete de Churchill.

El estilo visual de Joe Wright, que en el pasado le ha permitido sacar lo mejor de cualquier narrativa, en Las Horas Más Oscuras le juega en contra. No son pocas las secuencias donde el preciosismo visual le gana la partida a lo narrativo. Su uso del montaje paralelo a la hora de redactar los discursos es un recurso interesante, pero no suma nada dramático a la historia más allá de la anécdota del cómo pensaba Churchill.

Conclusión

Si lo que se busca es una gran interpretación de Gary Oldman, Las Horas Más Oscuras puede que sea de su agrado. No obstante, la narración como un todo no consigue llegar a buen puerto más allá de la hazaña interpretativa de su actor principal.