Las hermanas L.

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

La productora MyS, que arrancó con un excelente film comunitario como UPA!, una película argentina, repite la experiencia ahora con Las Hermanas L., es decir abordar la manufactura de un film con varias cabezas funcionando, tanto en la dirección como en el guión. En el caso de Upa! coexistieron tres directores –y a la vez intérpretes-, y en esta nueva y audaz propuesta los realizadores –y a la vez guionistas- ascienden a cuatro: Eva Bär, Santiago Giralt, Alejandro Montiel y Diego Schipani. Sólo se reitera el nombre de Giralt, quien hace poco presentó su primera película como único director, Toda la gente sola. En realidad Las Hermanas L data ya de un par de años de existencia y vale la pena que ahora se pueda acceder a esta comedia pasional y erótica sobre un par de familias disfuncionales y sus objetos de deseo, con toques bizarros y kistchs que entretiene en todo momento y es capaz de despertar unas cuantas carcajadas. Las susodichas hermanas L. tienen en realidad el apellido Legrand, algo que la diva de los almuerzos no autorizó para el título y que es nada más que una humorada más de un film que cuenta con desfachatada galería de personajes rondando las desventuras de estas chicas, entre la que se destaca claramente una escritora de cuentos eróticos a cargo de una desopilante e imperdible Soledad Silveyra. Más allá de algunos desniveles y excesos grotescos, una propuesta divertida e irreverente..