Las edades del amor

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Cine de tarjeta postal

Ya desde el primer minuto uno queda claro hacia dónde irá Las edades del amor, inexacta traducción local del original Manuale d'amore. Tercera parte de una saga iniciada en 2005 y continuada en 2007, esta película de Giovanni Veronesi se propone narrar tres historias sobre, claro está, el amor en las diferentes etapas de la vida, cuyo hilo conductor es un taxista llamado Cupido (¡!).

La primera de ellas muestra a un abogado tambaleando sentimentalmente durante un viaje a la Toscana, donde se encontrará con un lugareña infartante. La segunda, a un conductor televisivo que inicia un affaire con una psicóloga que no es tal. La tercera y última está protagonizada por un profesor norteamericano (Robert De Niro, a años luz de, valga la redundancia, El lado luminoso de la vida) que le echa el ojo a la hija de un amigo (Mónica Bellucci).

La presunción de la presencia de lo edulcorado, de un catálogo de lugares comunes y de ese hálito de exportación tan propio del cine de aspiraciones trashumante generada por la sola enunciación de la premisa encuentra su correspondencia a lo largo y ancho de las dos horas de metraje. Al fin y al cabo, Veronesi filma a desgano un híbrido kitsch que oscila entre lo idílico, la caricaturización -los lugareños de la Toscana- y la moraleja bienpensante. Al menos, queda el placer de ver qué bien envejece Bellucci. Su belleza extraordinaria y madura es un poco de cine entre tanta tarjetita postal.