Las crónicas del miedo

Crítica de Lucas Rodriguez - Cinescondite

La gente ya está cansada del formato metraje encontrado. Ya hace más de diez años que The Blair Witch Project revolucionó al género, y a partir de ese momento hubo una inundación de títulos que opacaron el formato, mientras que de vez en cuando hay excepciones. V/H/S intenta entonces agitar un poco las cosas al añadirle el pequeño giro al subgénero, el look de antología, que hace rato se perdió en el horror. ¿Logra su cometido? Por momentos si, por momentos no, siendo que algunas historias resultan y otras no tanto...

El concepto principal, generado por el editor de la página de horror Bloody-Disgusting Brad Miska, tiene como centro a una banda de desadaptados sociales que disfruta de grabar todas sus fechorías; dicha banda se meterá ilegalmente en una turbia casa para recuperar un casete VHS a cambio de dinero de parte de un aún más misterios benefactor. En esta línea narrativa se podrán encontrar embebidos el resto de las historias, una más dispareja que la otra con resultados tan ambiguos como interesantes. La primera historia es simplemente la mejor de todas e involucra a un grupo de amigos cuya noche de ligue se torna increíblemente siniestra. Equipado uno de ellos con una cámera en sus anteojos, los chicos llevan a un par de chicas a un motel de mala muerte para grabarse teniendo sexo, pero no contaban que una de ellas, la rara, tiene un oscuro secreto. Lo que sigue es una intensa revelación que no escatima en sangre y violencia para culminar en un final estrepitoso y terriblemente escalofriante. ¿Lo peor? Que sea la primera y deje el listón demasiado alto para que el resto de las historias le pueda hacer sombra.

Después de eso tenemos la aburrida historia de Ti West, un director que supo ganarse un nombre con las geniales House of the Devil y The Innkeepers y que acá falla en presentar una historia interesante en la segunda luna de miel de una pareja perseguidos por una figura desconocida que augura lo peor. Incluso su revelación final no sorprende ni genera expectativa. La historia que le sigue también hace aguas al presentar a un grupo de cinco adolescentes perseguidos en un bosque por un asesino. ¿El giro? Dicho maniático sólo puede verse a través de una cámara. Tan interesante como puede sonar, el ingenio se queda en buenas intenciones en otra dedepción más del montón.
Por suerte las cosas remontan con el segmento de Joe Swanberg y su parejita de amantes que chatean vía cámara web; en dichas sesiones, ella, revela que hay algo en su cas y ciertas apariciones indeseadas hacen acto de presencia durante la noche. Revelar más sería arruinar los mejores momentos que presenta el segmento, cuyo final es lisérgico por no encontrar otro calificativo más indicado. Por último, el cierre es un gran homenaje a aquellas películas de horror malas de los '80 ( de hecho, el año en el segmento es 1998), en donde un grupo de amigos en Halloween se dirige a una fiesta en una casa que luego encuentran (aparentemente) abandonada.

El colectivo general es una montaña rusa, con resultados disparejos pero que generan ideas interesantes e historias de calidad difusa. Con una duración de casi dos horas, V/H/S promete regrear próximamente con una secuela que, por los primeros comentarios, ha mejorado los errores de esta primera entrega que, con lo que debe haber costado, promete iniciar una longeva saga de pequeños bocados de horror.