Las crónicas del miedo

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

El terror en primera persona

A olvidarse de REC, Actividad paranormal e incluso The Blair Witch Project. Tras varios intentos, de regulares a pésimos, la estrategia de dar miedo con “grabaciones encontradas” (found footage, en la jerga cinéfila) finalmente acierta gracias al trabajo conjunto de diez cineastas independientes. V/H/S (¿por qué había que cambiarle el título?) arranca con unos vándalos que filman sus propios desmanes, hasta irrumpir en una casa al estilo grupo de tareas, con la misión de capturar una cinta de video. Uno a uno, los viejos VHS van pasando por el reproductor y los espectadores asisten a una suerte de tenebroso mixtape, una sucesión de historias sin hilo conductor pero con un grado de suspenso, creatividad y (sí, claro) espanto que no registra el cine estadounidense desde al menos una década. De los cinco cortos, quizás el más original es el dirigido por Joe Swanberg (pequeña celebridad de la escena mumblecore), acerca de un chico que consuela vía Skype a una novia acechada por fantasmas. Ty West, el de mayor experiencia en el género, despacha una mini road movie de recién casados perseguidos por una extraña mujer, mientras el colectivo Radio Silence dirige y protagoniza una fiesta de Halloween que termina en exorcismo (con homenaje incluido a Repulsión, de Polanski). Glenn McQuaid (de la comedia gótica I Sell The Dead) manda a unos chicos de picnic para que se encuentren con Depredador. Pero el corto más simple es el más efectivo. David Bruckner (La señal) muestra una noche de cocaína y sexo que frustra una visitante del inframundo, y cuya última escena (protagonizada por la tan peculiar como bella Hannah Fierman) es horror primigenio a escala artística, como los mejores momentos de Begotten. Imperdible para fans del género.