Las crónicas de Narnia - La travesía del viajero del alba

Crítica de Pablo Raimondi - SI (Clarín.com)

Un mar de fantasías

En Las Crónicas de Narnia: El Viajero del Alba, Edmund y Lucy Pevensie, junto con su primo Eustace, son devorados por una pintura y transportados de regreso a Narnia y a la gran nave El Viajero del Alba. Allí se unen al Rey Caspian y a al ratón guerrero Reepicheep para una misión: viajar a las mismísimas tierras de Narnia

Criaturas mágicas, enemigos siniestros y el ala siempre protectora del “Gran León” Aslan protagonizan este film en 3D, basado en el tercer libro de los siete que conforman la serie de Las Crónicas de Narnia escritas por C.S. Lewis y publicadas entre 1950 y 1956

En este film, cuya producción se montó en Queensland (Australia) en julio de 2009 a lo largo de 90 días, no figuran los dos hermanos mayores Pevensie: Peter estudia para sus exámenes universitarios de admisión y Susan se encuentra de vacaciones en los EEUU. Pero los dos más pequeños, Lucy y Edmund, visitan el hogar de un pariente que vive cerca de Cambridge durante la segunda guerra mundial alrededor de 1943.

Ellos tienen que lidiar con su insufrible primo Eustace Clarence Scrubb hasta que los jóvenes se topan con una pintura de El Viajero del Alba, un buque de vela cuya apariencia fue inspirada por dragones ya que su proa representa la cabeza de un dragón; la popa su cola; y las alas adornan el estribor y el babor. El lienzo inexplicablemente cobra vida, inundando la sala y sumergiendo a los adolescentes antes de transportarlos al Océano Este de Narnia, donde son rescatados por el Rey Caspian y su tripulación, que navegan a bordo de El Viajero del Alba.

El trío pronto se entera de la razón por la cual el viaje de Caspian se dirige al este: cumplir un juramento para encontrar a los siete Lores de Telmar perdidos; los mejores amigos de su padre, quien fue asesinado. Su viaje los lleva a cinco islas. Caspian y sus hombres descubren la existencia de una maléfica neblina verde que tiene poderes para secuestrar no sólo los cuerpos de las personas, pero también sus mentes.

Un sabio y anciano mago, Coriakin, le explica a Caspian y a los Pevensie que para romper este hechizo mortal deberán encontrar los siete Lores y recuperar cada una de las espadas que Aslan les regaló para proteger Narnia. Una vez recolectadas y colocadas sobre la mesa de banquetes de Aslan, las espadas les otorgarán poderes para derrotar a la niebla y a la Bruja. Sin esta unión de las siete espadas, ellos y Narnia serán destruidos. La labor de los viajeros es intimidante, deberán enfrentar una monstruosa serpiente de mar, entre otros peligros. Un viaje de asombro para esta saga que seguramente tendrá su continuación en la pantalla grande.