Las crónicas de Narnia - La travesía del viajero del alba

Crítica de Lucía Roitbarg - EscribiendoCine

El road movie acuático de Narnia

Las crónicas de Narnia: La travesía del Viajero del Alba (The Chronicles of Narnia: The Voyage Of The Dawn Treader, 2010), tercera parte de la saga, mantiene la presencia del mundo maravilloso como algo inagotable y a ser explorado. El nuevo personaje que se incorpora, el primo de Lucy y Edmund, será clave en este sentido, pues es quién deberá cambiar su mirada escéptica para abrirse camino en este nuevo universo como también en el otro. Vencidas las resistencias, el mundo no tiene límites.

En esta oportunidad serán Lucy, Edmund y su primo Eustace los que entrarán a Narnia. Esta vez, la aventura tendrá lugar en la embarcación “El viajero del Alba”. Como parte de la tripulación encontrarán al Rey Caspian, al ratón Reepecheep y otra serie de personajes típicamente narnianos. La misión para la cual deberán unirse será terminar con la isla del mal o Isla Oscura, que produce la desaparición de los barcos y la gente de Narnia en una neblina. Para lograr dicho objetivo deberán reunir las espadas de los 7 caballeros que alguna vez acompañaron al Rey, padre de Caspian.

A diferencia quizás de sus antecesoras esta parte no presenta escenas de tono bélico (recordemos que en la primera los narnianos se enfrentan con los ejércitos de la malvada bruja y en la segunda con los telmarinos para recuperar a Narnia de los males que la acechaban). En este nuevo capítulo el mal está representado con otras intenciones. Los deseos más oscuros de las personas son el primer obstáculo a vencer y parece ser peor que cualquier enemigo real. La ambición de poder, el deseo de belleza exterior por sobre la interior, y también la avidez de riqueza material son los verdaderos peligros que ponen en riesgo Narnia. Parecería ser que este viaje pone a prueba la fortaleza de los personajes.

El tono didáctico moralizante se acentúa en esta entrega. La película deja en claro que el viaje es ante todo un medio para aprender. Como leit motiv de la saga, el mundo de lo fantástico funciona como metáfora. En este sentido, el género de aventuras está explotado con esta finalidad. Así nos deja en claro que para convertirse en un verdadero héroe no sólo importa ser valiente sino que la integridad moral juega un papel determinante. La película se apoya en este género de un modo que le sienta cómodo y le da una estructura a la totalidad. Esto permite que toda la historia sea creíble y entremos en ese universo sin objetar su verosimilitud.

Si bien la película apunta mayormente a un público infantil, por momentos parece excesivo su tono moralizante. Sumada también cierta connotación católica sobre la idea del mal como la tentación, la fruta prohibida. Esto no opaca, sin embargo, las imágenes sorprendentes del film que hará que niños, jóvenes y adultos disfruten en igual medida y se queden con ganas de más.