Las cinéphilas

Crítica de Javier Luzi - Visión del cine

Después de su paso por el Bafici 2017 en la Competencia Argentina, donde obtuvo el Premio del Público, llega a las salas comerciales el documental Las cinéphilas de María Alvarez.
Las cinéphilas del título son seis mujeres adultas mayores solas, divorciadas y/o viudas con todo el tiempo libre y una pasión que las convoca por igual: el cine. Dos viven en Buenos Aires, dos en Montevideo y dos en Madrid.

Este documental de personas-personajes se nutre de ellas para contar y contarse. Y gana o pierde, crece o disminuye en su fuerza por el poder encantatorio que el discurso de estas damas evidencia ante la cámara y que lo construyen como si ésta no existiera.

Todas de personalidades fuertes pero algunas más extrovertidas, es esta especie de exhibicionismo o de necesidad de vincularse para salir de la soledad lo que acrecienta el protagonismo de algunas en desmedro de otras. Mientras un dejo de melancolía y tristeza lo tiñe todo.

Anécdotas, situaciones vividas en cinematecas o salas de cine arte o en festivales, relatos de escenas de películas que las han marcado (con homenajes que se efectúan con ellas desde la misma puesta) y entrevistas en sus propias casas, se amalgaman y entretejen una trama que el montaje agiliza y aprovecha sus mejores momentos siempre con una cámara que las mira de igual a igual.

Y no sólo de cine se nutren estas mujeres con una avidez que personas más jóvenes no tienen (por no decir que debería ser de visionado obligatorio para los críticos que han olvidado por qué eligieron su profesión y escriben y ven en piloto automático) sino del arte en general: la literatura, la música, el canto.

La nouvelle vague, el neorrealismo, Buñuel, Bergman, Kurosawa son citados con ingenio y sin pedantería, con humor y emoción, con raciocinio y con afectividad, desde el gusto y desde la argumentación. Si a veces parece una actuación lo que se ve en pantalla y hasta el registro no evita ser desprolijo o evidenciar la presencia de la directora, los “instantes de verdad” que afloran (la risa franca de Leopoldina, el guiño de Paloma, la posibilidad de perdurar de Lucía frente a la cercana muerte por ser parte de este documental) son de esos que no tienen precio.