Las brujas

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Con un arranque espectacular, hipnótico, estruendoso y apocalíptico (nuevamente hay una predicadora anunciando lo peor de lo peor) filmado en un alicaído y empobrecido (crisis mediante) Madrid, más precisamente en Puerta del Sol, Alex De la Iglesia vuelve a los cines con “Las Brujas”(España 2013) luego de “La chispa de la vida”(que aún permanece inédita en Argentina). Cristo (Hugo Silva), un soldado de juguete (Mario Casas), un niño (Gabriel Delgado, caracterizado como Damien de “The Omen”), Bob Esponja, Minnie y el hombre invisible roban una tienda de compra/venta de oro y escapan en medio de un tiroteo con la ayuda de un taxista (Jaime Ordónez) que reclutan en el momento.
Francia, más precisamente el Disney de París, es la meta, pero pasarán por Zugarramurdi, el legendario pueblo que originó a las brujas en la península Ibérica y obviamente no podrán continuar su camino. Paralelamente la exmujer de Cristo/Jose (Macarena Gómez) y dos policías intentarán encontrar al grupo de ladrones. Esto es “Las Brujas”, película en la que si bien hay “brujería”, imaginería popular sobre estas, hechizos y caldos “misteriosos” (hechos con partes humanas) hay mucho humor e ironía y se habla más de estos personajes dentro de la eterna y universal guerra de los sexos.
Así, para De la Iglesia (que además tiene pequeños cameos en la cinta) las mujeres, con su eterno presionar sobre los hombres, son las verdaderas brujas de la historia. “Nunca les alcanza nada”, “Te meten presión”, “No te dejan salir con tus amigos”, algunos planteos que se escuchan a lo largo de la proyección entre cientos de reclamos ante la imposibilidad de encarar directamente a sus “media naranjas”.
Pero ojo que del otro lado también hay reclamos, en ese aquelarre dirigido por la suprema bruja (Carmen Maura) con su madre (Terele Pávez) y su hija (la bestia Carolina Bang) a la cabeza, hay un descreimiento en los hombres, razón por la cual están solas (aunque el personaje de Bang quiere dejar de estarlo y busca su verdadero amor) y necesitan de un sacrificio para poder subsistir.
Ese sacrificio será el pequeño Sergio (Delgado) quien “renacerá” en las entrañas de una megabruja. Por lo que los “ladrones en fuga” intentarán recuperar al niño y preservar sus propias vidas. La música, los planos aéreos y travellings, la escenografía, las actuaciones secundarias (María Barranco, Santiago Segura, Carlos Areces, entre otros) destacan y despegan a “Las Brujas” de las ya clásicas historias como “Las Brujas de Eastwick”, “Abracadabra” ó “La maldición de las Brujas”, cintas que no contaron con lo corrosivo e irónico del realizador español.
Desde la secuencia de títulos hay una impronta de: acá vas a ver algo completamente diferente sobre brujas y aquelarres, con imágenes de libros ancestrales y hechizos, pero también con las caras de “brujas” MALAS, mucho más cercanas en el tiempo como Merkel, Tatcher y hasta Frida Kahlo. Èpica, abrumadora, así es “Las Brujas”, una película con algunos minutos de más pero con un inicio (robo) y un cierre (al estilo superproducción hollywoodense, lleno de efectos especiales y gran histrionismo de sus protagonistas) que de por sí valen esos excesos en el metraje.