Las brujas

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Aquelarre vertiginoso

Un mix de géneros es el que nos trae nuevamente el director español Alex De la Iglesia luego de Balada triste de trompeta. Y aún queda por estrenar en Argentina La chispa de la vida.

Las brujas pone el acento en la acción, el humor y en el terror sobrenatural al mejor estilo de Las brujas de Eastwick a partir del momento en que dos hombres desesperados (Hugo Silva y Mario Casas) y camuflados como Cristo y un soldado, respectivamente, asaltan un negocio de oro en pleno centro de Madrid.

El escape los llevará luego a bordo de un taxi, con chofer, rehén e hijo incluído, hasta los bosques de un lugar que parece detenido en el tiempo: una Navarra mítica, tierra de aquelarres, donde se toparán con las maldiciones de tres brujas pertenecientes a tres generaciones diferentes (encarnadas por Carmen Maura, Terele Pavez y Carolina Bang). Y, como si fuera poco, dos policías les seguirán el rastro.

El resultado es una travesía alocada atravesada por efectivas dosis de acción, persecuciones automovilísticas y humor para desencadenar luego en un terreno fantástico donde una secta toma al pequeño hijo del protagonista para realizar extraños rituales. De la Iglesia conoce el material que tiene entre manos para lograr un explosivo entretenimiento, aún cuando el robo y sus consecuenicas resulten más atrapantes y vertiginosas que el resto.

En el film, se maquilla a protagonistas que esconden su obsesión por el dinero y por salir adelante como sea. En el reparto aparecen un irreconocible Santiago Segura (convertido en mujer) al igual que Carlos Areces (recientemente visto en Los amantes pasajeros) como integrantes del aquellare.

La monstruosidad también dice presente en los minutos finales entre brujas que caminan por el techo, una joven y atractiva hechicera que se revela contra las costumbres de su familia y un vínculo, tan sorpresivo y pasional, que se verá sobre el final.