La villana

Crítica de María Fernanda Mugica - La Nación

Violencia sin respiro, pero bien llevada

El comienzo de La villana es uno de los mejores del cine de este año. Un plano secuencia, con cámara subjetiva, establece la audacia de la película de Jung Byung-Gil y su ultraviolencia sin respiro; aunque también conviven en el film el romance trágico con tintes de telenovela o del drama televisivo coreano. Ese aspecto de La villana es el menos atractivo por la repetición de lugares comunes del culebrón. Pero lo que en otra película sería difícil de soportar acá queda relegado a un segundo plano detrás de la potencia de su protagonista femenina y las impactantes escenas de acción. La clave es la supremacía del trabajo de los dobles de riesgo, del diseño de coreografías de las peleas y una puesta en escena pensada para aprovecharlos.