La vida secreta de tus mascotas

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

La película cuenta -en su versión doblada- con la voz de Campi en el personaje del perro Duke. El film del director de "Mi villano favorito" resulta más efectivo al comienzo que en su desenlace.

Con la proyección previa de un cortometraje de los exitosos Minions, ahora viviendo aventuras en un jardín, llega La vida secreta de tus mascotas, relato de animación que tiene una interesante premisa y una pregunta que ronda en la cabeza de más de una persona cuando deja el hogar: ¿Qué hacen las mascotas cuando están solas?.

La vida del perro Max parece ir sobre rieles junto a su dueña hasta que ésta aparece con Duke -en la versión doblada con voz de Campi-, un perro callejero con quien tendrá que limar asperezas y aprender a convivir. Esto es apenas el comienzo de lo que ocurre en un edificio de Manhattan cuando un conejo recluta a un ejército de animales domésticos abandonados para vengarse de las mascotas felices.

Con situaciones graciosas que resultan más efectivas al comienzo que en su desenlace, La vida secreta de tus mascotas, impone ritmo y enfrentamiento de bandos con personajes simpáticos que se comportan como sus dueños. En ese sentido, imponen empatía el perro salchicha que se hace masajes con la licuadora y el perro de un dueño refinado que elige escuchar música heavy metal cuando está solo.

Lejos de la genialidad de Zootopia, el film de Chris Renaud -el mismo de Mi villano favorito- y Yarrow Cheney, cuenta con la produccion de Illumination Studios y muestra a perros, gatos, conejos y aves. Se destacan además el gato Chloe, un tanto arrogante, y el conejillo de indias Norman -con voz del mismo Renaud en la versión original-. Todos unidos en una aventura que propone la unidad de las diferentes razas que apunta a un objetivo en común.

Las figuras humanas aparecen relegadas en esta historia que muestra a los animales en plena acción, entre las alturas de un edificio en construcción o en el agua, donde uno de los protagonistas corre peligro. Sin ser genial, es otra de las opciones de la nutrida cartelera cinematográfica para estas vacaciones invernales.