La vida secreta de las mascotas 2

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

Chris Renaud (Mi villano favorito) y Jonathan del Val, que debuta como director, vuelven al mundo de los animales en La vida secreta de tus mascotas 2.
El film de la productora Illumination continúa la historia de Max y Duke. Ahora que su dueña se ha casado y tiene un hijo pequeño, el perro protagonista está sobreprotector. En un viaje de campo conoce a Rooster, otro can que le enseña a ser valiente y a aceptar los peligros del día a día.

A la par, se cuentan las historias de Gidget, la perra que se hace pasar como gato para recuperar el juguete preferido de Max. Y por otro lado, el conejo Snowball, quien quiere ser un superhéroe y para ello ayuda a Daisy a rescatar a un tigre enjaulado por el malvado dueño de un circo.

Las tres historias se cuentan de manera simultánea y terminan, un poco forzadas, uniéndose al final.

La premisa del primer film, que buscaba más contar qué hacían nuestras mascotas cuando no las estábamos viendo, funcionaba un poco mejor porque se anclaba en algunos elementos reales o parodias del mundo animal. Este segundo film se olvida completamente del concepto y se convierte en una aventura previsible completamente orientada para el público infantil, pero que también lo termina subestimando.

El concepto de mezclar la historia original con una película sobre superhéroes pareciera funcionar más por el simple hecho de que es un tema que vende, a que sea una idea realmente funcional a los protagonistas.

La vida secreta de tus mascotas 2 busca un rumbo completamente diferente a la primera película. La historia podría haber sido resumida en un corto o mediometraje para televisión. La aventura del campo a la ciudad ya la vimos en decenas de filmes. Funciona pero no sorprende.