La vida que te agenciaste

Crítica de Diego Alvarez - Cuatro Bastardos

La vida que te agenciaste: Unidos y separados por la poesía.
Hace 25 años, un grupo de poetas argentinos, conocidos hoy como los poetas de los 90s, o los poetas de la “18 Whiskys” hicieron historia. Esto es una parte de ella. Lo malo y lo bueno.
No soy asiduo a los documentales. Lo admito. Pero el mercado cinematográfico está repleto de ellos. Los hay quizás más entretenidos, más dinámicos, unos que otros; pero lo que los directores quieren relatar, creo, es lo más cercano a la realidad que se puede ver con la visión de una cámara que, muchas veces, se utiliza solo para la ficción. Enmarcar, si se quiere, momentos que alguna vez quedaron en el recuerdo, hoy traídos por viejos fotogramas que acompañan los recuerdos de un pasado y una juventud que perdura en el pasado. Viejas heridas que, quizás, deberían haberse dejado atrás, también vuelven a abrirse, y son el resabio de una época mejor, o tal vez, peor.
Me encuentro entonces con “La vida que te agenciaste (2018)” de Mario Varela, director y guionista, pero también poeta alguna vez. Y, justamente, este documental trata sobre ese grupo de poetas, amigos de Mario, más de 20 años después. Lo que pasó, lo que les pasa, esa vida que eligieron luego de “hacer historia” en el colectivo de poetas argentinos ( y que traspasó fronteras, ya lo verán). Una historia poco conocida por personas como este servidor, pero que quizás alguno que esté leyendo esta crónica sí reconozca nombres como Fabián Casas (quizás el más famoso por haber sido el guionista del film “Jauja-2014-“, protagonizado por Viggo Mortensen), Laura Wittner, Washington Cucurto, Daniel Durand, Darío Rojo, Rodolfo Edwards, Juan Desiderio, Sebastián Bianchi, Sergio Raimondi, Teresa Arijón o Ricardo “Circo” Cerqueiro.
“La vida que te agenciaste” toma como base a otro documental realizado en 1993, Rally París Dakar, una competencia etílica por bares de Buenos Aires, en la que el grupo de jóvenes la bardea. Veinticinco años después, Varela retoma la cámara para saber qué pasó con cada uno de sus amigos escritores y qué vida, precisamente, se agenciaron. Esta búsqueda, que se puede ver como una reescritura de On the road de Jack Kerouac en clave local, nos lleva desde las montañas de la Patagonia hasta una playa alejada en Filipinas, pasando por Tokio, Buenos Aires y Rosario.
Las imágenes actuales se entrecruzan con poemas de los autores y con los fotogramas del pasado de este grupo de jóvenes poetas que se agruparon para perpetrar la revista literaria “18 whiskys”. Estos bardos entrelazaron fuertes vínculos de amistad y crearon un paradigma distintivo dentro del marco literario de la época. Pasaron unos 25 años y… hay un imaginario que sostiene que en la década de los noventa en la Argentina dominaba la chatura cultural, la frivolidad menemista del cruce de la pizza con el champán. Poco se sabe que en ese contexto, en el campo de la literatura, surgía un grupo de vanguardia cuyas influencias alcanzan a nuestros días.
Un aire de nostalgia y un poco de melancolía recorre la película de Varela. Sin embargo su optimismo, puesto en primera persona, gana la pantalla junto a esos amigos que quisieron aparecer en su registro, colegas del pasado con el que hubo rencillas y hoy solo buenos recuerdos, pero también con los que no se pudo obtener un contacto cara a cara, con los que todavía parece que hay alguna clase de resabio, justamente, de esos recuerdos que los marcaron y quedaron como heridas abiertas para nunca sanar. Así, cada uno de ellos (algunos aquí en el país y otros fuera de él) siguieron con sus vidas. Todos con una profesión, un trabajo, arraigados en ese sistema con el que alguna vez supieron pelear de manera contra cultural.
Pero los años pasan para todos, y “La vida que te agenciaste” es un buen prospecto de ello, aunque también, de un legado cultural que no debe pasar desapercibido por ninguna generación.