La vida dormida

Crítica de Ignacio Dunand - El Destape

Intervenir el pasado para cuestionar al patriarcado

La serie de videos caseros que hacen al documental sorprenden por su alto grado de contraste con la Argentina de los últimos años, que abrazó las victorias del feminismo. En este marco de derechos adquiridos, es interesante el abordaje de la ópera prima de Natalia Labaké, sobre las mujeres de una familia durante los '90.

La vida dormida, ópera prima de Natalia Labaké, no es un simple documental sobre los '90 sino un detallista estudio sobre los micromachismos de una familia de clase media, endulzada por el menemismo, que se permite dialogar con el presente y con las victorias que tuvo el feminismo en Argentina, a través de un interesante abordaje que traza un puente entre ambas etapas y pone a las mujeres en primer plano.

Corre el año 1989 en la Argentina. Haydée registra en video la carrera política de su esposo Juan Gabriel Labaké. Juan es un peronista de centro derecha -defensor legal de Isabel Perón- que hace campaña para presidente del partido justicialista junto a Carlos Menem. Entre actos de campaña y viajes de negocios se cuela la vida familiar en Buenos Aires con tertulias multitudinarias y fuertes discusiones políticas entre los hombres de la familia. Pasan los años y la cinta vira hacía el presente, retomando las vidas e historias de los personajes ignorados por las cintas de video.

La directora y nieta del matrimonio, retoma la posta de su abuela aunque ahora dándole un nuevo sentido; la cámara se vuelca hacia las mujeres de la familia, especialmente a su hermana Agustina y a su tía Bibiana, quienes solo aparecen en papeles secundarios en las películas caseras de su abuela en la década de los '90. Bibi pasa sus días en un instituto de rehabilitación, mientras Agustina, que sufre de ansiedad, aún vive en la casa de sus padres. Ambas buscan con hastío y misticismo respuestas a su desasosiego mientras el patriarca de la familia conserva la ilusión de volver a ver a la gran nación toda unida sobre las bases de un peronismo de verdad, un peronismo de Perón.

Por momentos, la película se siente como una fantasmagoría que confía en el archivo para sacar a la luz una serie de verdades incómodas que habitan en su sistema familiar, otrora gobernado por hombres de derecha. El rico archivo y el habilidoso trabajo de montaje hacen de La vida dormida un material valioso de transitar y analizar. Una película digna de ser experimentada en un cine.