La vida de Adele

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

La vida de Adèle es una coming of age movie que rompe los esquemas de ese subgénero. No tenemos el clásico “chico conoce a chica, chico pierde a chica y chico recupera a chica”. En cambio nos encontramos con la historia de una adolescente que se enamora y vive un gran romance con una chica unos años más grande que ella.
El público es testigo de las diferentes etapas de esa relación hasta las máximas consecuencias y sin puntos tibios sino todo lo contrario: bien caliente.
Y de eso es de lo que se habla y se hablará mucho sobre esta película, de las largas y explícitas escenas de sexo entre las dos protagonistas donde no se deja nada a la imaginación y las sutilezas pasan por otro lado.
Bien merecido el premio Palma de Oro del Festival de Cannes para el director Abdellatif Kechiche y las actrices Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux, quienes lograron un laburo impecable en todo sentido que únicamente puede ser criticado por alguien que se alarme por el sexo y se encuentre mentalmente en el año 1850.
Desde el principio el realizador se ocupa por captar todo con primeros planos para invadir los ojos del público con detalles que van desde las miradas hasta los suspiros.
Imposible no creer el romance y sexualidad del dúo protagónico así como también sus distintas vivencias: las felices y las tristes.
Las tres horas de duración de la cinta (que se basa en una novela gráfica que se publicó en Francia hace más de tres años) no solo no se hacen largas sino que sirven para que uno se adentre de maravillas en ese mundo y logre empatizar por completo con los personajes.
Si quieren ver una gran historia de amor del Siglo XXI brillantemente actuada y dirigida, La vida de Adèle definitivamente es su película.