La verdad a cualquier precio

Crítica de Paula Vazquez Prieto - La Nación

La verdad a cualquier precio: retratos de Medio Oriente

La investigación de la misteriosa muerte de un soldado inglés en Irak es el epicentro de La verdad a cualquier precio, thriller político de resonancias bélicas dirigido por Ken Loach, presentado en Cannes en 2010 y que llega a las salas argentinas ocho años después. Pese a ese tiempo transcurrido, no ha perdido actualidad y la mirada de Loach, que en otras de sus películas se ve condicionada por algunas gruesas pinceladas en el retrato de sus personajes o un exceso de descripción en la concepción de sus entramados narrativos, aquí adquiere concisión y firmeza gracias al amparo del género y el gran uso de los vacíos espacios interiores y los tensos exteriores documentales.

Fergus y Frankie han sido amigos toda la vida. Comparten todo: vivencias adolescentes, formación militar, ambiciones personales, amores secretos. La muerte de Frankie durante un confuso ataque terrorista en una peligrosa ruta del desierto iraquí dispara una dolorosa búsqueda sobre las verdaderas causas de ese atentado, los oscuros motivos que persiguen las empresas que ofrecen mercenarios a los ejércitos de ocupación y la despiadada masacre de las poblaciones civiles en los países de Medio Oriente. Loach y su habitual guionista Paul Laverty recuperan eficazmente la tradición de Costa-Gavras o Gillo Pontecorvo, sin exacerbar heroísmos y trayendo la guerra a las costa de Liverpool con la misma dureza del campo de batalla.