La valija de Benavidez

Crítica de Rodolfo Weisskirch - Visión del cine

Después de El hada buena, una fábula peronista, se estrena La valija de Benavídez, segundo largometraje de Laura Casabé. Un thriller psicológico protagonizado por Guillermo Pfening, Jorge Marrale y Norma Aleandro.
Basada en el cuento de Samanta Schweblin, La valija de Benavídez es la segunda obra de la directora Laura Casabé, que ya había estrenado hace algunos años El hada buena, una fábula peronista.

En esta oportunidad, llega un film que explora el universo de las artes plásticas en un formato bastante original. Benavídez (hijo) -Guillermo Pfening- llega a la “Residencia” del Dr. Corrales con una valija gigante y manifestando que no puede regresar a su casa por ningún motivo.

Corrales –un gran Jorge Marrale- además de ofrecer su servicio como psiquiatra, usa su enorme mansión como residencia para desarrollar el potencial de artistas plásticos: pintores y escultores. Cada artista que reside ahí, tiene la posibilidad de obtener becas y ser representado por la notable crítica Beatriz D´Onofrio –enorme presencia de Norma Aleandro-. Pero Benavídez, guarda un secreto, y Corrales ve la oportunidad perfecta para explotar al instante su talento artístico.

Ingenioso juego de mente, tanto a niveles narrativos como audiovisuales, el segundo film de Casabé, explora literal y figurativamente el laberinto de la mente humana. El protagonista debe atravesar pasadizos tras pasadizos que lo van llevando a descubrir sus miserias como si se tratase de una pesadilla kafkiana. Además, la directora aporta una original mirada tecnológica-paranoica-voyeurista al contexto psiquiátrico, otorgando la sensación de estar viviendo El proceso –novela inacabada de Kafka, dirigida por Orson Welles- bajo el tono de David Fincher.

Pero no se trata solamente de una introspección de la mente. Así como Hitchcock manifestaba en Cuentame tu vida, el arte y el psicoanálisis pueden llegar a estar conectados, y la historia del film es solo una excusa para satirizar el universo snobista del arte plástico. Los egos, las frustraciones, los rencores, las comparaciones, las tendencias y la competencia.

Casabé le impone a su obra una estética cuidada en cada detalle, surrealista y, prácticamente kitsch. Por un lado, el cuidado en el diseño de la escenografía es fundamental para acompañar al protagonista en este laberinto psicológico que parece imaginado por Lewis Carroll. Por otro, el diseño de vestuario y la elección de extras. Cada encuadre tiene detalles de puesta en escena que afirman la sensación de estar dentro de una pesadilla. Casabé acierta en transmitir un clima onírico, en el que el tiempo y el espacio son manipulados en función de introducir al espectador dentro de la paranoica narración.

Con influencias de Darío Argento –especialmente de Suspiria o Phenomena– La valija de Benavídez es un giallo clásico, claustrofóbico. Un thriller psicológico con un toque de comedia negra. Una original propuesta de cine de género nacional que se disfruta gracias a su imaginativa puesta en escena, talentoso elenco y su adictiva narración.