La valija de Benavidez

Crítica de Luciana Boglioli - La Capital

Los riesgos del esnobismo

Siniestra, lúgubre y crítica. "La valija de Benavidez" indaga principalmente en el esnobismo del arte que puede llegar hasta límites insospechados cuando sólo se trata de hacer dinero a partir de un apellido, sin importar el alma del artista. "El sistema financia a cada idiota...", es una de las frases más resonantes de este thriller psicológico pretencioso y logrado, con Guillermo Pfening en el papel protagónico y Jorge Marrale y Norma Aleandro en el papel de perversos marchands de arte. Benavidez es un profesor de plástica que tras una discusión con su mujer arma una valija y va a buscar asilo a la mansión de su psiquiatra. Allí lo espera un laberinto sin salida que despertará las pesadillas más intrínsecas de este hijo de un famoso artista que se siente mediocre tras la sombra de su padre. El tono ríspido de Beatriz, la siempre brillante Aleandro, es un gran acierto de este filme de Laura Casabé que termina disparando críticas acerca de la impunidad que otorga el poder y el dinero. Otro acierto es la interpretación de Pfening, que logra registros contrapuestos, de la risa al llanto y de la cordura a la locura. Una película que expone la ambición más extrema que roza lo ridículo y la cristaliza con un "¡Bravo!" y un aplauso tétrico. Una radiografía de los laberintos que posee la mente humana y su poder corrosivo cuando se ve amenazada por el ego, la envidia y la sumisión.