La última noche

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Una vida perfecta puede no ser la más feliz. Algo así le ocurre a los personajes de “La última noche”, el filme que encabezan la inglesa Keira Knightly (la heroína de “Expiación, deseo y pecado”) y Sam Worthington (el protagonista de “Avatar”). Ambos interpretan a un matrimonio que lo tiene todo. Y sobre todo, mucho amor compartido. Pero la fórmula puede fallar cuando aparecen sospechas de infidelidad y traición. Eso propone la directora debutante Massy Tadjedin. La cineasta se acerca con delicadeza al conflicto. Primero impone a sus personajes una gestualidad ambigua y signos aparentes de seducción, y luego palabras que pivotean entre la galantería ambigua y la pura cortesía. Ese es el mayor acierto de este filme que reflexiona sobre el tema de la traición con elegancia y sin subrayados.