La última noche

Crítica de Francisco Mendes Moas - Cine Argentino Hoy

Como todos los jueves, la cartelera de los cines se renueva. La directora debutante, Camille Griffin, llega a las salas con “Silent Night”. El próximo jueves 13 de enero, podremos ver una historia que transcurre en navidad pero no es muy navideña que digamos. Invitándonos a un viaje sobre la creación de un pensamiento propio. Evitando así, ser esponjas que absorben todo lo que las autoridades nos dicen. Además de reflexionar sobre el cambio climático, la diferencia de clases sociales y la eutanasia.

Un grupo de amigos de toda la vida, y sus hijos, se juntan para la cena perfecta de navidad. La comida, el alcohol y los regalos abundan, pero las discusiones no tardan en aparecer. Y todo sería un drama con conflictos relacionales, sino fuera porque afuera una nube de gases tóxicos se encuentra arrasando con toda la vida en la tierra. Por más que intentan afrontar la situación con normalidad, el hecho de que esta sea su última cena ronda todo como un fantasma.

Imaginen una mesa navideña donde se sienta toda esta gente: Keira Knightley, Matthew Goode, Roman Griffin Davis, Annabelle Wallis, Kirby Howell-Baptiste, Lucy Punch, Lily-Rose Depp, Rufus Jones, Holly Aird, Sope Dirisu, Davida McKenzie, Dora Davis, Gilby Griffin Davis, Hardy Griffin Davis. Donde los pequeños Griffin Davis, no solo hacen de hermanos en la ficción sino que además lo son en la vida real. Nada pareciera salir mal de esta familia forjada por la amistad. Las risas están a la orden del día, al mismo tiempo que el fin del mundo.

La locación elegida para pasar sus últimas horas es una enorme casa inglesa. Este grupo de personas, todas muy pudientes, eligen pasar sus últimos momentos tal como vivieron sus vidas. Negando todo lo posible la situación, mediante un disfrute banal que busca evitar enfrentar la trágica situación. Sin preocuparse por los que menos tienen, lamentándose haber votado al partido conservador en lugar del ecológico, su única prioridad es pasarlo bien.

No todo está perdido, el personajes de Art (Roman Griffin Davis) encarna la esperanza. Su idílica mentalidad de niño le impide pensar en que no queda nada por hacer. Se niega a creerle al gobierno, quienes le brindan pastillas de muerte a su población para evitar el sufrimiento. Evitando pobres y refugiados, por supuesto, ya que no son ciudadanos ingleses.

Una vez más se deposita la idea de cambio en las nuevas generaciones. Los más antiguos culpables, voluntaria o involuntariamente, de lo que está sucediendo se sientan de brazos cruzados a esperar la muerte. Como sucede en la realidad, donde se espera de los que vienen, la solución a los problemas que causan los que están. Pero lamentablemente el momento de cambio es ahora y tal vez para cuando lleguen las nuevas generaciones, ya sea tarde.

La directora, Camille Griffin, se presenta con una ópera prima contenida, con pocas locaciones y sin grandes despliegues técnicos. Logrando así, que “Silent Night”, no vea su mensaje diluido por la espectacularidad. Sumado al gran elenco que hace todo bien, mezcla la comedia con la tragedia, como si se tratara de una representación de nuestro posible destino.