La torre oscura

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Jake a través del espejo.

Extraños terremotos y tormentas azotan distintos lugares de la Tierra, desconcertando a los científicos que no logran descifrar su origen. Jake está convencido de que se relacionan con sus aterradoras pesadillas, donde un hombre de negro y sus sirvientes (quienes visten piel de humano para disimular su verdadera apariencia) atacan una gigantesca torre que se eleva en el centro del universo.

Cada mañana, el niño dibuja frenéticamente detalles que puede recordar de esos sueños convencido de que hay un mensaje oculto en ellos, aunque los adultos a su alrededor intentan convencerlo de que son sólo manifestaciones del trauma que padece por la muerte de su padre.

Esos sueños le muestran una versión alternativa de la Tierra, un mundo postapocalíptico que recuerda al lejano oeste pero donde la magia, además de ser algo muy real, se combina con rastros de tecnología dejados por una civilización muy avanzada y ya olvidada.

Ayudado por sus visiones, evita un intento de secuestro por parte de los secuaces del Hombre de Negro y descubre un portal hacia ese mundo donde lo espera el otro protagonista de sus sueños, Roland Deschain.

Enemigo jurado del Hombre de Negro, Roland es el último sobreviviente de una casta de guerreros legendarios que juró defender la Torre Oscura. Los Pistoleros fueron derrotados hace años y ahora sólo la venganza lo guía, por lo que toma a Jake bajo su protección con la esperanza de que sus visiones lo conduzan hasta su enemigo.

Todo a medias:
La trama principal de La Torre Oscura no difiere mucho de la estructura clásica que se contó muchas veces. Es una historia de acción y aventura fantástica, en la que un niño con algún talento especial queda atrapado en la centenaria lucha entre las fuerzas del bien y el mal, en un mundo extraño que tiene repercusiones sobre otros.

Las semejanzas con otras varias películas del género abundan. Además hay instantes en los que, sin copiar elementos de otros argumentos, genera climas que rememoran lejanamente a clásicos como Laberinto o La Historia sin Fin, aunque por supuesto sin ese nivel de acierto.

Hay dos elementos que diferencian La Torre Oscura del promedio de películas juveniles de acción fantástica, y ambos tienen que ver con la pluma de Stephen King (lamentablemente no tan bien explotados como podrían haber sido).

– El primero es -para espanto de los más acérrimos que esperaban algo literal– que no adapta ninguno de los libros. Se nota que los personajes están insertos en un universo mucho más amplio del que solo recibimos fragmentos, algunos explícitamente y otros sólo insinuados. Por un lado, da un contexto interesante que promete material como para convertirse en una saga; sin embargo, al mismo tiempo padece de querer contar en muy poco tiempo demasiadas cosas, sin poder desarrollarlas lo suficiente ni logrando que resulten todo lo interesante que prometían ser.

El resultado es personajes que entran y salen solo para contar algún dato necesario para que se entienda un poco lo que está por suceder, muchas veces con líneas de diálogo tan recortadas y forzadas que harán resoplar a más de uno en su butaca, especialmente en los intentos de humor. Decepciona que muestre voluntad de contar una historia épica, pero no tenga el tiempo ni el presupuesto como para hacerlo como se debe.

– El segundo punto es que además de un par de easter eggs para llamar la atención de los fans, está latente el estilo de King pero maniatado en algunas situaciones y criaturas que insinúan un universo bastante más oscuro y tétrico de lo que se ve en pantalla, seguramente limitado por la clásica reticencia a arriesgarse con una película que deje afuera a la parte más joven del público.

Esto lleva a una de las mayores fallas de la película: su villano. Aunque Idris Elba ya hace con los ojos cerrados el papel de héroe reacio y de pocas palabras, el supuestamente temible hechicero con el que se enfrenta está tan pobremente interpretado por Matthew McConaughey que ni siquiera cuando el guión le da algo de material logra ser más que una simple caricatura. Un personaje capaz de ordenar a una persona que deje de respirar tiene mucho potencial como villano, pero incapacitado de introducir esa carga de terror se queda en apenas una figura decorativa.

Dejando de lado lo que podría ser pero no es, La Torre Oscura es una película de acción y aventuras con fuertes componentes fantásticos, algo en lo que no sale tan mal parada. Si bien las escenas de acción y combate están algo limitadas por el presupuesto, resultan suficientemente entretenidas y con un estilo algo seco coherente con el western del que claramente toma influencia.

Conclusión:
La Torre Oscura es una decente película de acción y aventuras que no logra explotar el potencial que insinúa tener, quedándose a mitad de camino en más de un aspecto.