La teoría del todo

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Soy carne de cañón para estas historias, de verdad. Ya con el tráiler quería llorar a moco tendido porque el melodrama siempre será mi género favorito. Tengo que reconocer que responde exactamente a sus parámetros pero que me pareció la única apuesta pensar en actores jóvenes para defenderlo cuya química y encanto en pantalla llenan los huecos que tiene la historia.
“La teoría de todo” es el trabajo de toda la vida de una de las mentes más fascinantes que han transitado esta Tierra: Stephen Hawking. Aquí cuenta su vida desde que era un simple estudiante hasta su llegada a Harvard.
El foco, claramente, es su vida y muy poco de su trabajo porque no es tan atractivo para el público en general. Después de todo, si querés saber sobre la radiación de Hawkings, leés el libro. Hay que aclarar, de todas maneras, que tiene un tono un poco demasiado benevolente con ambos (tanto Stephen como Jane) pero el resultado sigue siendo una película agradable.
Las actuaciones de Eddie Redmayne y de Felicity Jones son lo mejor del film. La de ella sobre todo, que imprime una dulzura y fortalezas que es irresistible (más si sumamos lo bonita que es). Eddie logra retratar mucho del encanto extraño y el sentido del humor que todos atribuyen a Hawking y que se apoya en el personaje de ella que lo convierte en más “humano”.
El humor e ingenio ingleses hacen el resto del trabajo. En cuanto a la fotografía y ambientación, la película es impecable. Tal vez hubiera sido mejor si a tanto uso constante de la espiral para hablar sobre su ecuación y estudio sobre el tiempo e inicio del universo (escaleras, café, ellos girando, etc), los hubieran acompañado con un envejecimiento mayor de los actores (sobre todo ella). La dirección y la música acompañan muy bien a la ternura y la química entre ellos.
Es un film agradable y conmovedor, pero muy edulcorado. Pasa que la historia de él siempre me conmueve y la admiración profunda que siento por alguien que puede comprender el universo y tener la motivación para no retirarse nunca todas las veces me resulta cautivador.