La sospecha

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

La peor de las pesadillas

En una ciudad pequeña, durante el día de acción de gracias, dos familias se reúnen para celebrar. Afuera está nevando, adentro almuerzan y miran un partido por la tele. Todo parece la imagen del sueño americano, hasta que las dos pequeñas de ambas familias que salieron a jugar no regresan a casa. Las buscan por todos los lugares posibles, llaman a la policía. Comienzan a pasar los días, las nenas no aparecen.
En un segundo todo cambió bruscamente, y la desaparición de las chicas comienza a consumir a ambas a familias. Cuando la policía libera al único sospechoso detenido, por falta de evidencia, Keller Dover (Hugh Jackman) decide tomar el caso en sus manos. Keller es un hombre fuerte, que le enseña a su hijo que siempre hay que estar preparado para todo. Esa personalidad autosuficiente y la desesperación de no encontrar a su hija, lo hacen ir tras el único sospechoso del caso, creyendo que esconde algo.
Así en la historia se dan paralelamente dos búsquedas, con muchos puntos en común, como un rompecabezas en el que las piezas no se comparten. Por un lado la búsqueda del padre, movido por la angustia, y por el otro la investigación que realiza el detective Loki (Jake Gyllenhaal), alguien con experiencia en resolver este tipo de casos, que no deja pistas sin analizar. Pero el caso se complica, las pistas se agotan, y quien tiene a las niñas parece saber bien como esconderlas.
La película tiene un clima de tensión que nos atrapa desde el comienzo, de esas en las que tenemos la sensación de no haber respirado durante dos horas; vivimos de cerca la desesperación de ambos, tanto del padre inexperto como del policía que se deja devorar por su trabajo.
El tema central del filme no es la justicia por mano propia, lejos está de ser una apología sobre eso, y tal vez ni siquiera una reflexión. La película muestra todo aquello de una sociedad que no queremos ver, cómo podríamos cambiar ante una desgracia y de qué seriamos capaces. ¿Confiaríamos en las instituciones? ¿Estaríamos preparados para descubrir atrocidades con las que la policía puede lidiar cotidianamente?
Es una película de suspenso con todas las letras y también con mucho drama, aportado sobre todo por las excelentes actuaciones de sus protagonistas, y por la atmósfera asfixiante que logran darle, tanto desde lo estético como desde el guión, con personajes complejos, donde los buenos pueden ser malos, y los malos sienten tanto dolor, que hasta podrían conmovernos.