La sospecha

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Suspenso en una trama inteligente

Hugh Jackman es un padre de familia cuyo credo es estar preparado para cualquier contingencia que pueda afectar a su familia. Cuando su pequeña hija es secuestrada junto a la de los vecinos en un fatídico Día de Acción de Gracias, no cree que la policía esté haciando lo sufciente y toma la peor decisión: raptar al deficiente mental que cree sospechoso del secuestro para torturarlo hasta que revele el paradero de las nenas.

Jake Gyllenhaal es un detective orgulloso de nunca haber dejado un caso sin resolver. Ocupado en la investigación del secuetro de las nenas, busca toda pista posible, lo que lo lleva ante psicópatas no necesariamente involucrados con el asunto en cuestión. Tambien percibe el comportamiento extraño del padre de la nena secuestrada, lo que complica más la pesquisa.

"La sospecha" es un policial tan oscuro que por momentos casi se convierte en un film de terror, pasando por supuesto también por el psycho-thriller. Pero lo interesante del estilo de director canadiense Denis Villeneuve es que no le interesa darle al espectador el tipo de climas que brindan alguna certeza de lo que va a suceder en esta endiablada película, que realmente no deja entrever sus vueltas de tuerca. Esto lo logra tomándose todo el tiempo del mundo para armar un guion que pueda desarrollar sus hilos con todo detalle -en este sentido hay que agradecer el trabajo del guionista Aaron Guzikowski-, sin caer en ningun tipo de clichés de los géneros que transita.

Ota cualidad que llama la atención en el film es la capacidad de generar tensión durante das horas y media sin apelar a escenas de acción prácticamente no hay ninguna- ni tampovo a los recursos básicos del cine de suspenso. Es la trama la que va atrapando inevitablemente al espectador, sin dejar de mencionar las excelentes actuaciones de los dos muy creibles protagonistas, Jake Gyllenhaal y muy especialmente Hugh Jackman, que ofrece uno de los mejores papeles de su carrera.

La música es tan ascética y minimalista como la formidable fotografía de Roger Deakins, un camarógrafo que sabe como oscurecer aun mas una historia siniestra como esta.