La sospecha

Crítica de Alan Echeverría - Cinéfilo Club

Thriller en estado puro

Atrapante, paralizante, turbia y por momentos terrorífica, Prisoners deja sin aliento al espectador. Amantes del género pueden sentarse y dejarse llevar por la tensión de una historia exasperante al extremo, comparable a la majestuosa Mystic River.
Denis Villeneuve lleva a cabo un arduo y destacable trabajo transportándonos a los estados de ser más supremos del ser humano en cuanto a impotencia, bronca, angustia y desesperación. Y esta tarea la consigue reflejar gracias a la enorme interpretación de Hugh Jackman en la piel de un padre agobiado y sacado de eje por completo, capaz de traspasar los más insospechados límites con total de recuperar a su pequeña hija, quien desapareció junto con su amiga.
Pocas pistas, días que pasan y las niñas no aparecen. ¿Cómo incriminar al principal sospechoso si aparenta tener la mentalidad de un chico de 10 años y da muestras de no entender lo que le preguntan? Pero, ¿cómo no dudar de él si ni siquiera responde? ¿Hasta dónde puede llegar la voluntad de un hombre en una búsqueda frenética? Mensajes moralistas y eventos brutales se entrecruzan con total prudencia en el transcurso del film.
Jake Gyllenhaal no quiere ser menos encarnando solventemente al oficial encargado del caso, un tipo absolutamente compenetrado en el asunto que intenta no dejar cabos sueltos a la hora de resolver un enigma tan laberíntico como sombrío. Del flanco “friki” de la narración encontramos a Paul Dano concibiendo una brillante labor y sofocando al público en cada instancia que se hace presente en pantalla.
Prisoners no necesita de acontecimientos adrenalínicos del tipo de tiros y estruendos para enlazar; simplemente apela con maestría a mostrarnos los hechos conjugando todos los componentes esenciales con los que debe contar un thriller intenso y nato: intriga, suspenso, nerviosismo y esa sabrosa capacidad de mantenernos en vilo hasta el desenlace. El conjunto, magnificado por la colaboración de un reparto de primer nivel y acompañado de la fotografía que mejor le sienta a este tipo de películas, bien oscura y siniestra.

LO MEJOR: el misterio, la incertidumbre, la tensión, las actuaciones. Lo turbio del relato, lo hipnótico que resulta.
LO PEOR: probablemente y aunque no aburra, dos horas y media resulte extenso para lo que se cuenta.
PUNTAJE: 9,1