La Sirenita

Crítica de Soledad Colina - CineFreaks

Mi reino por unas piernas.

La historia de Ariel, una inquieta, bella y joven sirena que, cansada de su monótona vida en el mar, emerge del mismo para investigar la vida de los humanos en tierra firme, es la esencia principal del cuento de hadas homónimo escrito por el poeta danés Hans Christian Andersen en 1837. Este relato, todo un clásico de la literatura infantil mundial, fue adaptado en varias oportunidades: por ejemplo, en la película de animación japonesa Anderusen dôwa ningyo-hime (1975); sin embargo la más reconocida es la película animada producida por Disney en 1989, La sirenita, la cual era una versión bastante libre y se tomaba algunas licencias respecto al cuento original, transformándose con el tiempo en un clásico moderno dentro de la productora del ratón Mickey.

La sirenita (2023) es una nueva adaptación del cuento de Andersen, en este caso en versión live-action, dirigida por el realizador Rob Marshall (Chicago, Memorias de una geisha, Nine) y protagonizada por Halle Bailey, Jonah Hauer-King, Javier Bardem, Melissa McCarthy, Simone Ashley y elenco. Nuevamente la historia cuenta con la producción de Walt Disney Pictures.

Ariel (Halle Bailey) tiene fuertes deseos de conocer un poco más a los humanos, a quienes desde muy pequeña observa agazapada entre las olas del mar. Su padre, Tritón (Bardem) se lo impide, pero ella rebelde, de todas maneras, llevará a cabo su anhelo. Un día, tras subir a la superficie, mientras se oculta atrás de un barco, conoce a un joven apuesto, el príncipe Eric (Hauer-King), del que se enamora. Dispuesta a vivir su amor con el muchacho, Ariel hará un pacto con Úrsula (McCarthy), una bruja del mar que le propone darle un par de piernas por tres días, para que pueda caminar en tierra firme. A cambio la malvada mujer le pedirá su maravillosa y dulce voz. Su mejor amigo, el cangrejo Sebastián, le advertirá del engaño, pero la sirenita, muy enamorada, no le hará caso. Las consecuencias serán drásticas.

¿Es esta versión de La sirenita, llena de colores vivos, canciones y actores de carne y hueso, una buena película? La respuesta a esta incógnita se podría situar en un punto intermedio. Por un lado, es entretenida y llevadera. Un gran acierto de casting es la elección de Halle Bailey, una actriz y cantante norteamericana muy famosa en sus tierras y que forma con su hermana el dúo musical Chloe x Halle. Cada vez que Halle/ Ariel aparece todo se ilumina, su carisma es demasiado evidente. Pero luego nos encontramos con un gran actor como Javier Bardem, encarnando aquí al rey del mar Tritón, totalmente desaprovechado y con una interpretación que bordea el ridículo. Ni hablar del desmedido uso de los efectos digitales, llegando a momentos de verdadero desconcierto y poco entendimiento, ni hablar en el público infantil al supuestamente esta destinada la película. También la malvada, en la figura de Úrsula y a quien le pone el cuerpo y voz Melissa McCarthy, otra actriz maravillosa, es exagerada en demasía y poco creíble.

Las canciones originales creadas para la versión animada de 1989 que fueron coescritas por el letrista Howard Ashman, en esta oportunidad fueron reelaboradas por su socio Alan Menken (ganador de 8 premios Oscar por sus variadas colaboraciones con Walt Disney Studios). Las nuevas canciones están escritas por Lin-Manuel Miranda. En su mayoría son simpáticas, pero no mucho más. Es como que le faltan algo de magia y fantasía. El guion está a cargo de David Magge, a partir de una historia original de John Musker. Mientras la versión de 1989 duraba unos ajustados 89 minutos, esta nueva Sirenita se extiende mucho más llegando a los 135, una duración demasiado larga para la “tolerancia” de los niños que seguro acudirán a verla junto a sus padres o familiares mayores al cine.

La sirenita animada de Disney, con su pelo colorado, su corpiño de almejas, cola verde brillante y hermosa voz era el sueño de cualquier niña que se precie. A esta novel y realista sirenita le va a tocar transitar un largo camino, sea por mar o tierra, para lograr el mismo resultado.