La siesta del Tigre

Crítica de Melody San Luis - Fancinema

LA COMPLEJIDAD EN LA SIMPLICIDAD

Desde un estilo difícil de encasillar, La siesta del tigre funciona muy bien en la producción de sensaciones sobre los espectadores. La trama de este documental, centrada en cinco hombres que buscan el fósil del tigre dientes de sable -el felino más grande que habitó estas tierras-, se desliza y se pierde, porque aún teniendo una, queda tapada por la preponderancia de los sentidos.

Para esto, la composición desde la fotografía toma un lugar primordial, captando lo inconmensurable del paisaje de la selva entrerriana. Junto con esto, es posible apreciar los sonidos propios de la naturaleza. Esta combinación logra poner el foco en la apreciación del lugar. A la vez, estas estrategias promueven un espacio intimista, que logra que estos personajes tan particulares puedan resaltar y tener un brillo propio, enmarcados en una temporalidad muy particular.

Los diálogos presentes en el film de Maximiliano Schonfeld no son tantos. Sin embargo, la profundidad de las pequeñas y simples conversaciones resuena ante la combinación con los sonidos propios del lugar, en una productiva compenetración, que refuerza el sentido de la búsqueda que plantea.

La siesta del tigre, a simple vista, no explora grandes temas o dilemas. La búsqueda pasa por la complejidad en la simplicidad. Por esta razón cada uno de los personajes logra trasmitir su sencillez y sus aprendizajes, logrando un impacto en lo general a partir de lo particular.