La señora Harris va a París

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

La Señora Harris va a París, basada en la novela homónima de Paul Gallico, es un cuento de hadas, protagonizado por una mujer que no cumple con el requisito de la juventud.

La actriz británica Leslie Manville compone un personaje que esta en las antípodas del que configuro junto a Daniel Day Lewis en “El Hilo Fantasma” (2017), siendo que a los textos los une el mundo de la moda.

El filme Narra la historia de una señora de la limpieza, viuda (Leslie Manville) desde hace 12 años,, que no termina de elaborar el duelo pues la muerte de su marido en acción de guerra nunca fue confirmada, transcurre el año 1957 en Londres. Cuando por fin sucede, decide que es momento de ir en busca de ella misma, el tiempo perdido. Hasta ese momento su sostén era su amiga, Violet Butterfield (Ellen Thomas) y empieza foco en los sutiles galanteos de Archie (Jason Isaacs). Sin embargo, la sensación de una falta sobre ella se hace presente cuando descubre un vestido de Dior. Decide poner todo su esfuerzo en comprar uno, aunque deba viajar a París y el costo del vestido sea de 600 libras, (que no se cuantos euros serían al día de hoy).

El viaje a la ciudad luz en términos narrativos representa una ruptura del mismo, pasa de ser una fantasía posible a transformarse en una fantasía casi fantástica con estructura de realidad.

Es allí donde el personaje se transforma en una especie de Amelie (2001), pero ayudada