La sal de la tierra

Crítica de Romina Gretter - El rincón del cinéfilo

La fotografía, según el artista y teórico Philippe Dubois, no es solamente una imagen, sino también “un verdadero acto icónico que no se puede concebir fuera de sus circunstancias, y que incluye también el acto de su recepción y de su contemplación”. De esta manera, la fotografía es espejo del mundo, a la vez que la transformación de esa realidad de la cual forma parte. La producción (creación) de una imagen y su recepción (contemplación) son las dos caras de un mismo acto creativo.

En consonancia con este pensamiento, en donde el acto fotográfico se presenta casi como una práctica revolucionaria,“La sal de la tierra” nos introduce en la obra del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado. Este artista viajó durante los últimos cuarenta años por el mundo entero, registrando los acontecimientos más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

El documental fue coescrito y codirigido por Wim Wenders, junto a Juliano Salgado - hijo del Sebastião - quien acompañó a su padre en sus últimos viajes para realizar el proyecto Génesis. Tras fotografiar por años los más terribles conflictos sociales y sus consecuencias (hambrunas, éxodos, masacres, revoluciones, catástrofes y guerras) el artista se embarcó en una obra ambiciosa para registrar la interacción del hombre con la naturaleza, con el fin de apelar a la toma de conciencia de preservar los ecosistemas del planeta.

A través de toda su obra, pareciera que Sebastião va buscándole sentido a la existencia, indagando en los aspectos más oscuros de la humanidad, tratando de encontrar entre las experiencias más crudas aspectos dignos de rescatar que le permitan creer en la humanidad. Esa búsqueda se revela también en su último trabajo, donde la naturaleza es la protagonista. La naturaleza (el cuidado de la misma) concebida como una especie de vuelta a los orígenes como única posibilidad de redención.

“La sal de la tierra” además de seguir la carrera del fotógrafo, cuenta aspectos desconocidos de su vida personal. Sus reflexiones sobre el arte de la fotografía y en especial sobre la conducta humana, hacen de éste documental de Wenders y Salgado una experiencia visual, a la vez que filosófica, poco frecuente de encontrar.