La revelación

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

Tibios

Pensaba en el trío Edward Norton – Milla Jojovich – Robert De Niro antes de empezar a ver La Revelación. Inmediatamente comenzó el intenso prólogo, a todo trapo dramático (alegoría con insecto aplastado incluida), e intenté sacarme de la cabeza al divertido De Niro que aparece en Machete, al Norton de El increíble Hulk y a la Jojovich asesina de zombies de Resident Evil. Poco a poco se empieza a dibujar la historia con el pulso tambaleante de John Curran, que finalmente se queda a medias con todo lo que propone, que tampoco es tanto.

La cosa es así: Jack Mabry (Robert De Niro), un burócrata oficial de libertad condicional, comienza a tener audiencias con el convicto Gerald “Stone” Creeson (Edward Norton), para tramitar su libertad por buena conducta. La mujer de Stone, Lucetta (Milla Jovovich), intentará manipular a Mabry para conseguir la libertad de su marido.

En fin, interesante o no, la sinopsis es lo más sólido que se desprende de un guión que tironea entre el thriller y el drama, y en donde ambos se quedan sin fuerza. Porque, por un lado se genera misterio y tensión, a veces sin sentido y casi siempre inconducente; por el otro no hay un desarrollo claro de ninguno de los personajes, ni siquiera de Jack Mabry, cuyo transcurso en el film es previsible y sólo se subraya que es un chupacirios dubitativo (transmisiones de radios religiosas incluidas) y patético a varios niveles (la mueca de la boca torcida hacia abajo de Robert también viene con el combo).

Qué decir de las interpretaciones, por un lado el exagerado de Norton que compone a un Stone divertido al principio, que se expresa diciendo “fucking” cada dos sílabas y que luego, tras cierto interés religioso, se vuelve tranquilo, aburrido, y no estallará nunca más, aunque por suerte no deja de decir “fucking”. Milla Jojovich hace las veces de Lucetta, la novia de Stone, sobre la cual Curran se encarga de subrayar que lo suyo es el sexo, cuando los demás personajes o ella misma dicen: “Lucetta consigue lo que quiere”, “Luceta hace lo que quiere” están diciendo: “Lucetta te garcha para conseguir lo que quiere”. Su aparición es el catalizador de la historia, sin ella no habría película, o si la habría pero mucho peor, y Jojovich hace más o menos lo que le sale, como todo lo que aquí sucede, nunca se termina de definir bien que es lo que quiere Lucetta, tampoco ayuda su perfil de maestra jardinera- novia de convicto – semi-ninfómana, en fin la verosimilitud tampoco es una virtud que haya importado demasiado a los responsables de esta cosa. Y que mas, De Niro, como muchas veces, a media máquina, con un personaje odiable como Mabry que termina como debe terminar, pero que nunca se va de mambo como debería, ni con Stone, ni con Lucetta ni con su esposa Madylyn (hecha con la cara tensa de Frances Conroy).

Como a medida que escribo me voy enojando más, sólo decir que la mejor palabra para describir a La revelación es: fallida. Sí, un lugar común de la crítica pero que se inventó para este tipo de situaciones, películas
burocráticas que se basan en nombres de estrellas, eslóganes, lugares comunes y que no sólo no cumplen con lo que prometen, no queman ni congelan, son tibios.