La reconstrucción

Crítica de Diego Serlin - Todo lo ve

Juan Taratuto, director de las comedias, "No sos vos soy Yo", "¿Quién dice que es fácil?" y "Un Novio para mi Mujer", incursiona en el género dramático con su nuevo film La Reconstrucción, un drama intimista que se enfoca en un hombre solo, rutinario y algo abrumado y abandonado que sin proponérselo consigue reconstruir no solo su vida personal sino la su familia más cercana.

Con paisajes de la Patagonia como escenario tiene lugar esta historia que gira en torno de Eduardo (interpretado por Diego Peretti), un callado, apático y rutinario ingeniero que trabaja en un yacimiento petrolífero y que más allá de su trabajo vive como un completo ermitaño, hasta que la llamada de un amigo rompe con su rutina.
El reencuentro con su viejo amigo Mario (Alfredo Casero) y su familia sumado a otro hecho trascendental, será una prueba de fuego que le permitirá explorar sus sentimientos, enfrentarse a su pasado y la posibilidad de reconstruir su vida y la de la familia de su amigo.

Con una puesta en escena que hace foco en el protagonista, y con una estética visual que aprovecha los fríos y despojados escenarios de la Patagonia para amalgamarlos con el estado de anímico de los personajes, Tarattuto va construyendo lentamente un relato que intenta permanentemente exponer los procesos personales e íntimos de sus protagonistas.

Pero tras la primera media hora el relato se vuelve completamente previsible y comienza a prevalecer los clímax y atmosferas, bien logradas a través de sus ajustados diálogos, silencios incómodos y el gran trabajo actoral de su protagonista, logrando cautivar aunque no empatizar con sus personajes.

Diego Peretti logra trasmitir muy bien el dolor y la angustia de un personaje al que el destino le da una segunda oportunidad, acompañado por un Alfredo Casero que sabe aportar sutilmente su humor en los diálogos para romper la tensión en los momentos justos, y una correcta Claudia Fontan en el papel de la esposa.

La Reconstrucción es un film de notable calidad técnica, que atrapa por sus atmosferas y la gran interpretación de Peretti, pero con un relato previsible donde la ausencia, la soledad se transmiten más por los escenarios que sus personajes.