La razón de estar contigo

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Alma de perros
Un perro que se reencarna en otros cuando muere: quienes amen a los animales la disfrutarán.

Debe haber pocas cosas que hagan brotar lágrimas con más naturalidad y facilidad que un perro en peligro o, directamente, que muere. La razón de estar contigo trata sobre un alma canina que se reencarna una y otra vez a lo largo de décadas… Porque el cuerpo de un perro no vive más de 16, 17 años.

Aquí, a veces, no llega a tanto.

Basada en la novela A Dog’s Purpose (El propósito de un perro), que fue best seller en los Estados Unidos, diez manos trabajaron en el guión que se centra en Bailey desde la década del ’60. Con esto de la diversidad, no sólo reencarna en machos sino que también en hembras, y sus dueños serán blancos, latinos y negros -y también hombres, mujeres y niños-.

Bailey habla, lo cual no es extraño si sus dueños también le charlan, con la diferencia conocida de que los humanos no escuchamos a los perros, aunque los sintamos y a veces diferenciamos un ladrido de otro.

Con momentos lacrimógenos, clichés y emotividad variada, el filme de Lasse Hallström –el director sueco de Siempre a su lado, con Richard Gere y otro perro, además de Chocolate y ¿A quién ama Gilbert Grape?- tiene algún que otro golpe bajo que a los amantes de los animales los hará sufrir para luego sentirse reconfortados, porque así es el filme.

Un canto a la vida (perruna), con humor, dolor y a la cucha.