La razón de estar contigo

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Hace alrededor de un año nos enterábamos de la noticia del cierre de la productora que el propio Nicholas Spark tenía para llevar las adaptaciones de sus novelas melosas románticas al cine. Para quienes sintieron un vacío en el corazón pensando que ya no tendrían esa cuota anual de miel triste en cartelera; Hollywood sacó otro as bajo la manga, las películas “de mascotas”, específicamente “de perros”. Si bien nunca se dejaron de realizar películas “de perros”, hacía unos cuántos años que no las veíamos a gran escala, como una apuesta fuerte, algo que La razón de estar contigo se propone desde el inicio.
Realizada con un manual melodramático a cuestas, A Dog’s Purpose cumple a rajatabla todos los ítems de este tipo de películas. Un tono cálido, paisajes rupestres, personajes carismáticos a los que se los presenta como gente como uno, una pareja modelo, el paso del tiempo, y por supuesto, un perro (hasta en las de Spark, aunque no eran películas “de perros”, siempre hay uno).
El dato positivo es que, esta vez, hay el suficiente criterio como para hacer las cosas bien. Hay directores especialistas en suspenso, en terror, en acción, en cine catástrofe, en comedias románticas o no románticas; y el sueco radicado en EE.UU. Lasse Hallström es algo así como el rey – no declarado – del melodrama de Hollywwod. Aquel que inició muy prometedoramente con cintas como ¿A quién ama Gilbert Grape?, Atando Cabos, o Las Reglas de la Vida; paulatinamente se fue inclinando hacia los films de amores imposibles hechos a fórmula; y sumémosle que también es el director de Hachiko - Siempre a tu lado.
El hecho de que sea él quien se encargue de la realización, es un acierto. La razón de estar contigo no adapta a Nicholas Spark, pero sí es adaptación del best seller de un tal W. Bruce Cameron; y más o menos, las cosas no varían demasiado. Es la historia de un perro (voz de Josh Gad), o el espíritu de un perro, o como sea, ya verán.
La primera vez que lo vemos será como Bailey, un cachorro de labrador (o Red Retriever) “propiedad” de un matrimonio con un hijo, Ethan (en un primer momento Bryce Gheisar). Bailey y Ethan crecerán juntos, pero al perro siempre le aqueja la misma duda ¿Cuál es el propósito de su existencia?, porque los perros, parece, gustan de filosofar tanto como de atrapar pelotas de fútbol americano en el aire.
Bailey ayudará a Ethan en distintos tramos de su infancia y adolescencia (K.J. Apa), cuando conozca a Hannah (Britt Robertson), y sufra un quiebre familiar definitivo. Pero, se sabe, la vida canina es más corta que la humana, Bailey ya está demasiado grande, y… ¡Rencarna en otro perro! Así como lo leen, La razón de estar contigo plantea la historia de un perro que se rencarna en otras vidas, siempre recordando todo de sus vidas pasadas, y con la búsqueda permanente del sentido de su existir. Tres vidas más le veremos a Bailey/Ellie/Tino/Buddy, y en cada una actuará como observador de los conflictos de sus dueños.
Manteniendo un constante tono ameno y cálido, con escenas para reír, y claro, para llorar (aunque menos morbosas de lo que pudieron ser); la fórmula se cumple a rajatabla, pero bien ejecutada. Hay algunas incongruencias en las entre vidas, y situaciones demasiado azarosas, o forzadas para crear una sensación. Nada grave para quienes quieren ver este tipo de historias. También el mensaje (menos forzado de autoayuda que lo esperable) puede ser algo contradictorio.
"La razón de estar contigo" no es la maravillosamente negra Wiener Dog de Todd Solondz, es casi su antítesis; así que no esperen aquí acidez, amargura, ni esas risas entre dientes; esto es un cuento rosa, para toda la familia, con una historia romántica que sabemos cómo terminará desde que arranca, y actuaciones que si no se destacan tampoco desequilibran (Dennis Quaid rinde siempre tan bien para este tipo de propuestas).
Tiene todo para ser un clásico perdurable de su especie. Un último párrafo para no eludir la polémica alrededor de ese video aparecido hace unas semanas acerca del maltrato sufrido por el perro de la segunda vida durante la filmación hace casi un año; y el boicot que recibió el film desde su difusión.
¿Realmente creen que este es un caso aislado? ¿Nunca vieron trabajar en serio a los llamados adiestradores caninos? Los animales no deberían ser forzados a realizar NINGÚN acto contra su voluntad, pero vamos, que este no es ni por lejos el único ni el más evidente caso.