La posesión de Mary

Crítica de Nicolás Pratto - Funcinema

A LA DERIVA

Actualmente gran parte del terror que llega a nuestras salas, proviene de lo paranormal. Aquello que está fuera de la comprensión humana y, por ende, uno no sabe cómo defenderse. Generalmente el camino hacia vencer dicho mal, comienza en creer que existe, para luego conocer su origen y finalmente, vencerlo o salvarse de este. Este subgénero de posesiones y exorcismos goza de sus buenos años, The black cat (1934) con Boris Karloff y Bela Lugosi, pasando por las películas de Mario Bava en los 60’s, hasta llegar a las recientes Actividad paranormal. Se ha convertido en el vehículo más propicio para cortar tickets.

En el caso de La posesión de Mary nos aventuramos a un viaje donde, en los primeros minutos, nos desinteresamos en llegar a destino. Una familia de tradición marina que afronta problemas económicos, decide invertir su dinero y esperanzas en la compra de un barco velero, con el fin de utilizarlo como atractivo turístico. El padre, David (Gary Oldman), consigue a “Mary” a un módico precio, la embarcación fue encontrada en altamar sin tripulación. Ignorando el antecedente, David la adquiere, y tras una serie de restauraciones junto a su esposa Sarah (Emily Mortimer), estrenan el navío. Con sus dos hijas, trazan ruta bordeando el Triángulo de las Bermudas, viaje del cual sólo regresa la madre.

Una versión de La Llorona, pero en mar abierto, que no aprovecha esa condición para crear el clima de aislamiento, y aumentar el ahogo de los protagonistas, fuera de lo paranormal. Un Oldman desmotivado cuya meta es llegar a destino pese a todo, y una Mortimer que se carga la película al hombro, enloqueciendo de a poco por una “extraña” presencia. Llegando a ser la única sobreviviente, narrando lo ocurrido mientras es interrogada por las autoridades. Su director, Michael Goi, ha frecuentado el género, dirigiendo episodios de American Horror Story, teniendo a los 60 años una carrera más televisiva. Desde el 2011, con Megan is missing, se inició en el cine y junto a La posesión de Mary notamos que su rumbo es hacia el terror.

Pese a su experiencia, vemos relajo a la hora de utilizar jump-scares y el abuso de la mezcla de sonido para aumentar el susto. Un ABC utilizado frecuentemente, algunas veces efectista, pero que ya notamos el desgaste al verlo semana tras semana en cine y series. Cuando ocurre el desgaste de un subgénero, más en el terror, generalmente se lo lleva a lo absurdo, logrando reírse de sí mismo. Ejemplos: Return of the living dead y Scary movie. En todo caso, me muestro más motivado en esperar una película de ese tinte, que otro rejunte de sustos refritos.