La pelea de mi vida

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Una cosa que hay que tener en cuenta cuando uno entra a ver una película cuyo eje temático es el boxeo es que Rocky Balboa hay uno solo y no es argentino.
Por ello no hay que buscarle épica ni una banda sonora que perdurará por generaciones, más aún en esta producción nacional. Sin embargo, La pelea de mi vida tiene otros puntos para destacar (pero muchos para criticar).
Lo primero que se puede observar a simple vista es que su fotografía y edición son de un programa televisivo digno de una producción de Adrián Suar. De hecho el director Jorge Nisco (Comodines, High School Musical: El Desafío) hizo carrera en Pol-Ka dirigiendo muchos de sus hits.
Pero aquí avanza un poco más y hay que destacar un buen trabajo tanto en la coreografía como en la manera en la cual las peleas están rodadas. Si bien no son reales tampoco son absurdas.
Otro aspecto técnico para remarcar es el uso del 3D, el cual salvo por algunas escenas en las cuales se le tiran objetos al espectador en la cara (incluida la transpiración de los boxeadores) es totalmente intrascendente y da la sensación que se la estrenó de esta manera por el marketing.
El relato es simple, se cuenta la historia de Alex (Mariano Martínez) un boxeador exiliado en el extranjero por algo de gravedad y que se nombra sin especificar a lo largo de la película pero que se revela muy al pasar, cosa que descoloca un poco.
Cuando regresa a Buenos Aires se entera que tiene un hijo y que este vive con el actual campeón del mundo (Federico Amador). A lo que el protagonista le dice a su entrenador (Emilio Disi): “Voy a ir por todo”, y así es como se embarca en la búsqueda del título mientras intenta ganarse el corazón del chico y ya que estaba de paso el de su niñera (Lali Espósito).
La actuación de Martínez no cumple y solo se le puede destacar su entrenamiento. Caso contrario es el de Amador que es la persona que realmente le da a la cinta una tridimensionalidad y logra que el espectador genere empatía con su personaje.
Unos cuantos clichés, chivos groseros (una mala costumbre en el cine nacional), algunos chistes poco graciosos y un guión sin corazón pero efectista terminan por dar identidad a esta producción que será disfrutada por los que consumen este tipo de productos en la televisión, y eso no es poco decir porque el rating siempre acompaña.
Matías Lértora
Periodista y crítico de cine. Trabaja en “Casting” (Radio Rivadavia), “Servicio Completo” (Radio LK), y “Conflictuados” (Radio Palermo)
Twitter: @mlertora