La Patota

Crítica de Paula Caffaro - CineramaPlus+

La patota (Argentina / Francia / Brasil – 2015)

Dirección: Santiago Mitre / Guión: Mariano Llinás y Santiago Mitre, basado en el original de Eduardo Borrás / Fotografía: Gustavo Biazzi / Música: Nicolás Varchauski / Edición: Delfina Castagnino, Leandro Aste y Joana Collier / Dirección de arte: Micaela Saiegh / Intérpretes: Dolores Fonzi, Oscar Martínez, Esteban Lamothe y Verónica Llinás / Duración: 102 minutos.

ECOS DE PROVOCACIÓN

Ya en 1960 La patota llegó para revolucionar un cine nacional que venía acostumbrado a la fórmula repetida de un star system importado y tardío; en 2015, Santiago Mitre retoma la película para redoblar la apuesta, y en una remake recordar aquel gesto provocativo de su antecesora. Salvando las distancias estilísticas, procedimentales y temporales (obviamente), ambas irrumpen en la escena como piedras en el zapato, y como llamado de atención social a una masa de humanidad que debe salir de su zona de confort al enfrentarse a una problemática muy actual: la violencia injustificada hacía las mujeres y la corrupción.

En el comienzo fue Mirtha Legrand, hoy es Dolores Fonzi quien se pone en la piel de Paulina, una joven abogada de clase media alta que decide dejar su carrera en la justicia para dedicarse a vivenciar la experiencia de la necesidad, la pobreza estructural y la humildad en un pueblo alejado de Posadas, Misiones. Los dos polos sociales antagónicos se unen por un hilo imaginario a través de esta muchacha con agallas cuya única motivación es la de provocar un verdadero cambio en la sociedad. Con la frente en alto y una decisión firme como estandarte, Paulina deja la ciudad para internarse en las profundidades de la tierra colorada y todo su folclore.

Lejos de tomar una posición distante Paulina establece conexiones fraternales con el entorno, sin olvidar, por supuesto, su rol de comunicadora y docente. Pero su voluntad de intentar igualar lo que la sociedad ha separado, repentinamente la ubican en el lugar de la víctima. En el camino de vuelta desde la casa de su amiga, un grupo de jóvenes la interceptan y en los alrededores de un viejo elefante blanco, es abusada sexualmente. ¿Dónde quedará ahora su vocación social? ¿Cómo seguir después del ultraje? Es curioso, pero lo que justamente resalta La patota, es la vía por la cuál su protagonista experimenta su estado de resiliencia.

Mitre dijo que una de las ideas principales de tomar el desafío de realizar remakes es la de generar un efecto potenciador con respecto a la versión original. Además de propenderle un estilo propio, lo que más entusiasma es la posibilidad de poder retomar una historia y re ubicarla en la contemporaneidad, crear una nueva interpretación. Porque el núcleo dramático se conoce, sin embargo la innovación viene de la mano de un conjunto de decisiones estéticas que se amalgaman a la estructura narrativa cuando Mitre propone un interesante juego visual que muestra las dos caras de un mismo hecho. Por un lado el grupo de jóvenes, y el acercamiento hacía la intención de querer indagar (si se pudiera) los motivos de la violación; y por el otro, la mirada de Paulina, que si bien, es la víctima pronto adquiere un rol sorprendente que es, definitivamente, el tópico central de esta nueva realización de La patota.

La reflexión versa, entonces, en la singularidad de cada versión y su nivel de transgresión adecuado a la coyuntura social, cultural y política de cada época. Por eso, lo interesante es poder descubrir la seña particular de cada una y tomarse el tiempo de parar y pensar cosas como por ejemplo, qué se estará haciendo mal si aún en 2015 hay que seguir educando a la sociedad en lo que a materia de derechos humanos se refiere, incluyendo los derechos de las mujeres. Resulta engorroso, pero lo cierto es que la modernidad del siglo XXI parece sólo haber alcanzado a la tecnología pero no a la mentalidad. Se agradece que el cine, desde el arte, pueda disparar el motor del pensamiento y dar cuenta que alcanzar cambios es ejercicio de todos los días.

Por Paula Caffaro
@paula_caffaro