La parte automática

Crítica de Adolfo C. Martinez - La Nación

Un sincero viaje al corazón

Para reencontrarse con su padre, que se desempeña como médico en Israel tras su exilio en 2001 por problemas económicos, Ivo Aichenbaum acepta hacer un viaje cultural junto a un grupo de jóvenes judíos. Con una cámara portátil, el realizador registra esta experiencia, conjugando el extrañamiento de un hijo con su padre, y las vivencias de un tour diseñado para crear un sentimiento de cohesión entre visitantes de situaciones disímiles. A partir de una mirada tan crítica como incómoda, el documental muestra una constante exploración de los orígenes del judaísmo y su conexión con los movimientos de izquierda, problematizando temáticas como la herencia, la identidad, la ideología y el amor.

La parte automática, cuyo título hace referencia a un juego infantil donde lo lúdico funciona como motor de creación de identidad, recorre sitios emblemáticos de Jerusalén y muestra su cultura, su religiosidad y su cotidianidad.

Bello en su forma y en su música (no en vano Ivo Aichenbaum es diseñador de imagen y sonido), el film transita por el peregrinar del viajero, y lo hace mediante formas y colores que se combinan con esa búsqueda que el protagonista se impone. Bien vale, pues, tomar la mano del realizador para hacer juntos este casi mágico viaje.